Descubre el escalofriante misterio del lavadero El Calvario en Sololá, donde el legendario llanto de La Llorona lleva casi un siglo aterrorizando a los vecinos
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El lavadero público del barrio El Calvario, en la cabecera de Sololá, ha sido testigo de relatos inquietantes durante casi un siglo. Vecinos y visitantes aseguran escuchar, sobre todo por las noches, el llanto desgarrador de una mujer, un fenómeno que provoca tanto miedo como intriga.
La vecina Ingrid García recordó un episodio impactante ocurrido hace unos 20 años: "Los perros comenzaron a ladrar, de repente todo quedó en silencio y entonces escuchamos el llanto de una mujer cerca del lavadero", relató. Añadió que sus hijos también han escuchado esos lamentos y han quedado paralizados por el miedo.

Luis Letona, encargado del lavadero, comentó que incluso un hombre sufrió un desmayo tras oír los sollozos. La leyenda popular relaciona estos hechos con la Llorona, espíritu que, según la tradición, aparece cerca de cuerpos de agua. Algunos vecinos sugieren que los lamentos podrían provenir de prendas de difuntos lavadas en el lugar o de personas que fallecieron y solían frecuentarlo.
Leyenda
El historiador sololateco Melecio Alvarado aporta otra versión: hace más de 150 años, un alcalde mayor español se enamoró de una princesa cachiquel. Su relación, prohibida por ambas culturas, continuó en secreto.

La princesa quedó embarazada y dio a luz a dos gemelos que no tenían rasgos cakchiqueles, por lo que fueron expulsados de Sololá. Según la historia, la princesa ahogó a los bebés en el río Quiscab y luego se lanzó desde un barranco. Desde entonces, se dice que por las noches y madrugadas, sobre todo en días de lluvia, se escuchan los lamentos de la mujer buscando a sus hijos perdidos.
Otras versiones coinciden en que, además del lavadero, se perciben llantos cerca del centro comercial municipal, donde antiguamente existía un cementerio. Estos relatos han convertido al lavadero y otros afluentes de agua en un lugar emblemático de misterio, donde historia, tradición y leyenda se entrelazan para mantener viva la memoria de Sololá.




