La fachada de una iglesia colonial, es uno de los grandes tesoros de Suchitepéquez
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En el municipio San Pablo Jocopilas, Suchitepéquez, se conserva uno de los vestigios históricos más emblemáticos del país: la ruina de la fachada de la antigua iglesia católica, a la que los vecinos llaman La Portada.
Esta estructura ha resistido el paso del tiempo y varios desastres naturales, incluyendo el terremoto de Santa Marta, que destruyó el templo original, pero dejó en pie la entrada principal.

La iglesia fue construida durante la época Colonial, entre 1772 y 1773, pero su vida fue efímera; apenas un año después, el terremoto de Santa Marta la redujo a escombros.
Sin embargo, la imponente fachada logró resistir, convirtiéndose con el tiempo en un símbolo de la fe y la fortaleza de sus pobladores.

Según la tradición oral, dos monjes custodiaban esta fachada en completo silencio. La estructura, que en su momento medía aproximadamente 200 metros de largo, fue sede de los frailes franciscanos y funcionó también como centro de formación religiosa para sacerdotes y monjas provenientes de Centroamérica y México.
Actualmente, este lugar no solo guarda historia y espiritualidad, sino que se ha convertido en un refugio natural. Decenas de pericos y loros lo habitan, alegrando con su canto las mañanas y las tardes del lugar.
Además, sus áreas verdes son aprovechadas por vecinos y visitantes como espacio de descanso y contemplación.
                    



                                
                                
                                
                                