Cuando alguien se acostumbra a un sitio como su hogar, despegarse del lugar es muy complicado y pasan muchos días para adaptarte a la nueva vida. Sin embargo, eso es un proceso más complicado para las mascotas.
En Estados Unidos, una familia decidió vender su casa, por lo que recientemente se mudó a su nuevo hogar. Hicieron la mudanza, cargaron con todas sus pertenencias, pero no se llevaron todo.
Un perro permaneció tres semanas en la puerta de la casa en la que vivía su familia. La mascota se quedó esperando a que alguien saliera a abrirle, pero nadie apareció y él siguió esperando a sus dueños.
Cupido, nombre del perro, permaneció todos los días fielmente cerca de la entrada y solo se movía a pocos metros para ir a buscar algo de comida a los botes de basura de los vecinos.

El amor que la mascota le profesó sin interés a sus dueños no fue suficiente para irse a vivir con ellos, por lo que los vecinos decidieron llamar a una fundación que ayuda a los animales. Sin embargo, Cupido pensaba que la mujer que fue a rescatarlo era una intrusa o quería hacerle daño, por lo que su traslado se complicaba.
El perro estaba hambriento, pero al mismo tiempo asustado y con frío tras varios días de vivir en la calle, ni la comida que le ofrecía la voluntaria lo convencían.

Tras un primer intento, la mujer volvió varias ocasiones más para tratar de rescatar a Cupido. Ella se sentó y le empezó a hablar que quería ayudarlo para llevarlo a un mejor lugar. “Él sabía lo que le estaba diciendo que lo iba a llevar a un lugar donde sería cuidado y querido”, expresó Janine Guido, de la fundación Speranza Animal Rescue.
Tras la insólita pero efectiva charla, el perro la siguió y se subió al carro de Janine. El perro ha empezado un proceso de recuperación tras el abandono y se está adaptando a su nueva realidad.

La fundación ha recibido más de 100 solicitudes para adoptarlo, pero primero será rehabilitado hasta que pueda irse a vivir con una nueva familia.
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