"¿Y el juego limpio?", se preguntan muchos después de observar la jugada del fútbol uruguayo que le ha dado la vuelta al mundo.
Resulta que el delantero argentino Germán Rivero, del Defensor Sporting, hizo de todo para que el árbitro le sacara la tarjeta amarilla antes de salir de la cancha. Su idea era “limpiar tarjetas”.
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Rivero pretendía ser amonestado para acumular su quinta tarjeta amarilla del torneo y así cumplir un juego de suspensión en la siguiente jornada, en la que su equipo no tendría actividad.
Eso le hubiese permitido al jugador cumplir la sanción sin perderse un minuto de juego, según la reglamentación local. Sin embargo, el central Javier Bentancor se negó y le impidió salirse con la suya.
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