El cierre del Estrecho de Ormuz podría disparar el precio del petróleo a nivel mundial y provocar un colapso energético global.
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El Parlamento de Irán ha aprobado una medida para cerrar el Estrecho de Ormuz, un paso marítimo crucial por el que circula una quinta parte del petróleo mundial.
Esta decisión surge como respuesta directa a los recientes bombardeos de Estados Unidos sobre instalaciones nucleares iraníes.
Si el líder supremo Ali Khamenei autoriza esta moción, las consecuencias podrían ser severas para la economía global. El estrecho, ubicado entre Irán y Omán, es vital para el transporte de hidrocarburos desde el Golfo Pérsico hacia el resto del mundo; por él pasan cerca de 15 millones de barriles de crudo y condensado al día, además de millones en productos refinados.

Su cierre interrumpiría el suministro energético global, disparando los precios del petróleo. Analistas estiman que el costo del barril podría superar los 100 dólares, con un alza de hasta el 50% en el corto plazo.
Aunque Irán no es el mayor exportador de la zona, su ubicación le otorga una capacidad significativa para controlar el flujo marítimo, lo que podría poner en riesgo buques petroleros, especialmente en una región con tensiones militares crecientes.
Expertos advierten que esta posible medida tendría efectos que trascienden el Medio Oriente, afectando a grandes economías, incluidas las de Asia y Estados Unidos, lo que podría intensificar la volatilidad global en los mercados energéticos y financieros.
*Con información de AFP