En el corazón de la capital de Guatemala se encuentra una enorme edificación de piedra que alberga las oficinas centrales de la Policía Nacional Civil.
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Son varios los uniformados, funcionarios civiles y visitantes que se les pone la piel de gallina, al recordar experiencias que han tenido en ese edificio, donde afirman, se percibe la presencia de seres que no son personas reales.
Donde los valientes tiemblan
En el interior de este edificio, ubicado en la 6a. calle y 7a. avenida y entre la 13 y 14 calles de la zona 1, se dictan las estrategias para combatir a la delincuencia. Quienes laboran en la institución suelen tener sangre fría, pero algunos exfuncionarios recuerdan con escalofríos las noches que se quedaron a trabajar hasta tarde en esos despachos.

"La construcción es de piedra y cuando ya está oscuro, entra un frío que le cala a uno en los huesos", dice una comunicadora que laboró en el lugar. "Casi nadie se anima a ir al baño, sobre todo en los pisos de arriba, porque ahí se oyen gritos y lamentos que vienen de la parte de atrás del edificio".
El muro de los ahorcados
Los quejidos no son lo único que asusta al personal. Cuentan que no pocos han visto sombras que circulan por los pasillos, cruzan puertas y ventanas, hasta desaparecer.

Un periodista que trabajó para el Ministerio de Gobernación señala el lugar preciso donde se concentran las apariciones. "Es en tercer nivel, donde desembocan las escaleras principales, cerca de los baños. Ahí hay una luz que titila en la noche y los guardias dicen que a veces esa pared se llena de sombras de cuerpos colgados, algunos con la cabeza metida en un costal".
El policía ambulante
Además, testimonios de quienes han laborado allí aseguran que en los corredores de arriba deambula el espectro de un agente de la policía al que todos le temen, pues no saben si se aparece para protegerlos o al contrario, para espantarlos.




