Gustavo Ardiano abrió las puertas de la Librería Marquense por primera vez en agosto de 1975 y actualmente, medio siglo después, este lugar es un referente cultural y un refugio para los amantes de la literatura.
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"Al principio vendíamos libros a 5, 10 y 25 centavos", dice Gustavo Ardiano, dueño y fundador de la Librería Marquense, la cual en agosto cumple 50 años de ofrecer literatura al alcance de todo el público, pues uno de sus fuertes es la compra y venta de libros de segunda mano.
"La librería abrió un mes de agosto de 1975, se empezó con una cosa muy pequeña y se nos ocurrió hacer una vitrina rodante, que sirvió para promocionarnos", comenta su fundador. Dicha vitrina fue llamada Libro Móvil y Ardiano la llevó a varios departamentos del país y puntos de la ciudad capital para dar a conocerse.
"A veces estábamos recién parqueando en algún lugar y la gente ya se acercaba a preguntar por libros", comenta sobre la iniciativa que resultó un éxito total, pues no solo permitió que la librería se diera a conocer, sino también que ellos se dieran cuenta que había un gran público esperando encontrar un nuevo libro por leer.

"De los años 70 a los 80 había una venta extraordinaria, estacionábamos el Libro Móvil afuera y llamaba la atención", dice el dueño de la tienda de libros que siempre ha estado en la misma ubicación: 8a. avenida, entre 19 y 20 calle de la zona 1.
Por algún tiempo también tuvieron una sucursal. "Yo renté un local en la 4a avenida y 14 calle, enfrente estaba el cine Doral, ahí pasaban todos los buses, era un lugar para que la gente se enterara de que vendíamos libros baratos", nos dice Ardiano, quien también afirma que ahora solo se encuentran en la ubicación de la 8a avenida, pero que ahí ocupan varios locales y también venden útiles escolares.
"Vayan a la Marquense, ahí lo van a encontrar", es una de las frases más repetidas a lo largo de los 50 años de vida de la Librería Marquense, y esto se debe a que los libros que ofrece tienen distintas temáticas y funciones.

Así como padres de familia pueden encontrar libros escolares de segunda mano para surtir las listas de útiles de sus hijos, investigadores también pueden encontrar ejemplares que sirven como grandes hallazgos y amantes de la lectura se pueden dar el gusto de obtener alguna primera edición de un clásico de la literatura.
"Una de las cosas que más me fascinan es pensar en tanta bibliografía que Guatemala tiene", comenta el experimentado librero, quien además dice que dentro de las instalaciones de su negocio se han registrado grandes visitas, acompañadas de debates intelectuales.
Ardiano cuenta que una vez el historiador Luis Luján Muñoz entró junto al exvicepresidente Francisco Villagrán Kramer a buscar libros. Un rato después se les unió el intelectual y reconocido periodista David Vela, iniciando un debate sobre varios de los libros que tenían en ese momento en la librería. Entrada la noche, Luján Muñoz y Vela seguían debatiendo, aun con la librería cerrada.

Otra característica muy propia de Librería Marquense han sido sus proveedores, pues un gran número de guatemaltecos y extranjeros han confiado sus bibliotecas en dicho lugar, seguros de que sabrán clasificarlas y buscar que los libros lleguen a los dueños adecuados. "Muchos profesionales se fueron del país en aquellos años (durante el Conflicto Armado Interno) vinieron a vender sus bibliotecas", comenta.
Actualmente, Gustavo Ardiano dice estar muy contento de ver cómo su librería se ha convertido en un referente cultural y de notar cómo los más jóvenes están volviendo a la escritura, especialmente la poesía, algo que genera grandes esperanzas para el futuro de la literatura guatemalteca.




