Casi dos décadas después de su última aparición en Cádiz, el exfutbolista salvadoreño Jorge "El Mágico" González volvió a la ciudad española para recibir un homenaje y recordar viejas glorias.
El centroamericano es uno de los jugadores más queridos en ese club, en el cual jugó en dos etapas (1982-1984 y 1986-1991): seis temporadas en Primera División y dos en Segunda. En total, disputó 203 encuentros y anotó 60 goles en su etapa en España, donde también militó en el Real Valladolid.
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Durante su reciente estadía, "El Mágico" inauguró uno de los accesos al estadio Ramón de Carranza, que llevará su nombre, y disputó un partido con amigos. El juego dejó una linda historia, un momento emotivo y un "sombrerito" inolvidable.
Así se ha inaugurado la puerta 'Mágico' González en el estadio Ramón de Carranza. pic.twitter.com/yR9yJ7tdEx
— Cádiz Club de Fútbol (@Cadiz_CF) 16 de julio de 2018
Jorge siempre se caracterizó por ser una persona humilde, entregada a la afición que lo admiraba y en Cádiz hizo muy buenos amigos durante su etapa como futbolista profesional.
De hecho, "no era extraño verle jugar partidos en la calle con niños gaditanos, inclusive llegando tarde a actos del club o a los entrenamientos. Cuando salía de los entrenamientos, o de los partidos, hacía las delicias de los pequeños que se acercaban para pedirle autógrafos para terminar echando una ‘pachanguita’ con ellos", describe un artículo del diario As.
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En uno de esos juegos, el ahora exfutbolista conoció a Emilio Ramírez, quien padece hipocondroplasia (enanismo). "Era víctima de los trucos de ‘El Mágico’, ya que todo el mundo se asombraba al ver a González haciéndole caños, debido a la baja estatura de Ramírez. A veces, cuando Emilio se escapaba del colegio para ver los entrenamientos en Carranza del equipo amarillo, Jorge lo llegaba a invitar a bajar al césped para jugar allí".
Años después se encontraron en el partido de homenaje a "El Mágico" y sucedió lo inesperado. El salvadoreño esperaba la "venganza" de Emilio. Después de haber sufrido tantos caños de su ídolo, la oportunidad de cobrarse con la misma acción era única.
Y Ramírez sorprendió con algo mejor. Se mandó con un "sombrerito" sobre el salvadoreño para ganarse los aplausos del público. Sin duda, ambos recordarán con cariño ese gran jugada.
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Con información de As.com