Javier Méndez Pantzay, un artesano de San Juan La Laguna, ha recuperado la técnica milenaria para la elaboración de la pelota maya utilizada en el juego de pelota Pitz. Este minucioso proceso artesanal requiere la extracción de la savia del árbol de hule y su mezcla con azufre natural.
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Un artesano de San Juan La Laguna revive la histórica pelota maya y su tradición ancestral.
Se trata de Javier Méndez Pantzay, originario de esta región de Sololá, quien, con orgullo por sus raíces, ha recuperado una tradición milenaria y aprendió a elaborar las pelotas de hule que los mayas prehispánicos utilizaban en el Pitz, el ancestral y antiguo juego de pelota.

Méndez Pantzay explicó a Soy502 cómo es el proceso, el cual investigó cuidadosamente y que se inicia con la extracción de la savia del árbol de hule, cuyo nombre proviene del náhuatl Ollin/Olin, que significa "movimiento".
Esta resina, base de la pelota, debe mezclarse con un azufre natural obtenido de la raíz de la campanilla morada (Ipomoea purpurea), planta trepadora nativa de Centroamérica, comentó,
La sustancia le permite manipular y vulcanizar el hule durante la cocción al fuego, aseguró Méndez.

Proceso artesanal
Méndez dio detalles sobre la técnica utilizada en la elaboración de cada pelota, por medio de un proceso artesanal minucioso.
Este empieza dando forma a la esfera que va construyendo de forma gradual, capa por capa, en un trabajo que puede extenderse entre 20 y 25 días.
Al finalizar, la pelota alcanza un peso aproximado de 8 libras, aunque durante el secado pierde alrededor de dos debido a la deshidratación, según refiere.
El proceso continúa en un plano casi secreto, una vez que la pelota se endurece por completo, es confiada a un guía espiritual, quien realiza su "curación" siguiendo rituales ancestrales destinados a la protección y fuerza para los jugadores del Pitz.

El Pitz es un término de origen cholano que significa "introducir o traspasar un objeto" y hace referencia al momento en que la pelota atraviesa los aros colocados en los costados del campo.
Estos aros fueron incorporados hacia el 4 Baktun (aprox. 1537 a. C.) y, según la época, adoptaron formas circulares, zoomorfas o antropomorfas. En náhuatl reciben el nombre de tlachtl o taste y en k'iche', jom.
La tradición también se manifestó en la cuenca del lago Atitlán, donde los pueblos tz'utujiles contaron con sus propios espacios ceremoniales para el juego.

Hallazgo milenario
En San Juan La Laguna, el hallazgo de dos aros de piedra en el centro del poblado confirma la existencia de un antiguo campo del Pitz.
Este valioso descubrimiento, realizado por una familia local, se exhibe actualmente al público, permitiendo apreciar el fino trabajo en piedra heredado de los antiguos mayas.
El resultado es una esfera que no solo conserva la técnica ancestral de los mayas, sino que también está cargada de significado cultural y espiritual, lista para ser utilizada en el juego ceremonial que ha sido parte de la región por siglos.






