Una familia francesa, con el objetivo de escapar del epicentro de la pandemia del coronavirus, se trasladó a la casa de la abuela fallecida en Vendôme, a 200 kilómetros de París. En este lugar, la familia estaba aislada y ahí podía disfrutar de comodidades que no iban a tener en la ciudad.
Tras varios días en el lugar, dos niños, de 10 y 12 años, descubrieron dos lingotes de oro entre unas viejas sábanas que utilizaban para construirse cabañas dentro del inmueble.
Los padres, que normalmente residen en París, pero que se desplazaron a la casa familiar durante el confinamiento, pensaban que los lingotes eran unos posacubiertos de su abuela. Pero, al dudar, los llevaron a Philippe Rouillac, un subastador, para que los analizara.
Para el profesional, entrevistado por un periodista de la AFP, no hay duda: "se trata de dos lingotes de oro fino, macizos, de un kilo cada uno. Los números del lateral corresponden al año de fabricación, el registro, la garantía, los refinadores, los fundidores y la percepción de las tasas por parte del Estado", concluyó.
Los lingotes fueron comprados en 1,967 por la abuela, ya fallecida, y serán subastados el 16 de junio en Vendôme.
El valor de ambos podría superar los 100 mil euros, según Rouillac.
"El precio del oro es muy fluctuante. A principios de año, estaba en 43,000 euros. Ahora está en 51,000 euros", precisó.
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