La tradicional Danza de la Conquista es mucho más que un baile ceremonial en Guatemala; según expertos, su origen histórico se remonta a la Reconquista española contra los moros.
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Esta popular tradición, que se celebra en varios departamentos como Baja Verapaz y Totonicapán, recrea la épica batalla entre el líder quiché Tecún Umán y el conquistador Pedro de Alvarado, narrando una lucha de poderes y la posterior conversión al cristianismo. Entender el significado profundo de esta puesta en escena es clave para comprender los rituales ancestrales guatemaltecos.

Siempre que se celebra la festividad dedicada a la Virgen del Patrocinio, el público de la comunidad y los visitantes apartan su tiempo para observar la Danza de la Conquista.
El toque del tambor y el sonido de la chirimía anuncia la llegada de cada comitiva frente al templo católico de San Pablo Apóstol, donde se escenifica.

La danza, según el antropólogo Carlos René García Escobar, se inspira en el proceso conocido como "la reconquista", ocurrido en la Península Ibérica entre los años 718 y 1492.
Todos los reinos cristianos de la época libraron lucha contra los moros (árabes) hasta la victoria final obtenida con capitulación de Boabdil, el último rey, y la toma de la ciudad de Granada a comienzos de 1492.

"De allí nace posteriormente la idea de representar el baile de conquistadores e indígenas en esta región", señaló en conferencia dictada en la Casa Popenoe de la Universidad Francisco Marroquín.
García Escobar precisó que el Baile de la Conquista se lleva a cabo en Baja Verapaz, Totonicapán, Huehuetenango, San Marcos, Sololá, Escuintla y Chiquimula.

"Las danzas no solo son bailes, dentro de ellas hay una historia que se cuenta y la historia la dicen los bailadores", puntualizó.
Tal historia recrea acontecimientos de la historia de la región anteriores a 1524, el año de la llegada de los españoles y tlascaltecas al mando de Pedro de Alvarado.

Luego llega a su momento principal, retrata la batalla entre el ejército quiché dirigido por Tecún Umán contra los invasores.
Toda la puesta en escena refleja la lucha de poderes entre ambos capitanes, y termina con la caída en combate del capitán de los quichés a manos de Alvarado.
"Después de la muerte de Tecún, el rey quiché y su gente se convierten al cristianismo", señaló Williams Valdizón, actual director de la Danza.




