Ubicado en la Bahía de Amatique, en el litoral del Caribe guatemalteco, el Puerto Santo Tomás de Castilla representa uno de los hitos logísticos más importantes del país
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Su creación respondió a la necesidad de contar con una terminal moderna que permitiera ampliar las capacidades portuarias del norte del país, ante las limitaciones que enfrentaba Puerto Barrios a mediados del siglo XX.
La idea tomó forma en 1946 y fue impulsada por una visión de modernización nacional bajo el mandato de Juan José Arévalo Bermejo. Años más tarde, ya bajo el gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán, se concretaron los estudios y contratos necesarios para su construcción.

La obra fue ejecutada por la compañía Morrinson Kundson y en 1955, bajo el gobierno de Castillo Armas, se hizo la primera operación oficial, marcando el inicio de una nueva etapa en el comercio marítimo de Guatemala.
Desde entonces, el puerto ha evolucionado en infraestructura, servicios y administración. Pasó por distintas denominaciones institucionales hasta consolidarse bajo su nombre actual, Empresario Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla.

A lo largo de las décadas, se ha ampliado para responder a las exigencias del comercio internacional, adaptándose al tráfico de contenedores, carga general y atención de cruceros, con instalaciones especializadas para cada tipo de operación.
Actualmente, Santo Tomás de Castilla se define como un puerto multipropósito, clave para la economía nacional.

Además, cuenta con una política institucional enfocada en el cumplimiento normativo y la satisfacción de los usuarios, acciones marcadas por una evolución que inició en 1946.





