Cientos de fieles participan en la solemne Bajada de la Virgen del Rosario en Xela, una tradición que refleja historia, fe y devoción.
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Cada último jueves de septiembre, la ciudad de Quetzaltenango se llena de fe y tradición con la solemne procesión de traslado, conocida popularmente como la "Bajada de la Virgen del Rosario" para ocupar el altar mayor.
Este evento religioso reúne a cientos de familias quetzaltecas y refleja la profunda devoción hacia la patrona y protectora de la ciudad altense.

A las 11:00 de la mañana, el repique de campanas, el ulular de las sirenas de las unidades de emergencia y la quema de cuetes anunciaron la salida de la venerada imagen del templo.
El cortejo procesional salió de la Catedral Metropolitana de Los Altos y recorrió alrededores del parque central en un trayecto que dura más de dos horas, para luego retornar al templo. Allí, la imagen asciende al altar mayor, donde permanece durante octubre para ser venerada por el pueblo.

Historia y devoción
La Virgen del Rosario fue coronada por primera vez en 1784 por el obispo Cayetano Francos y Monroy, y recibió una segunda coronación en 1983 de manos del Papa San Juan Pablo II, según recordó Mayra Cobar, integrante de la Asociación de la Virgen del Rosario.
El fervor de la celebración se extiende a distintos sectores. La Asociación de Taxistas del Parque Central, por ejemplo, prepara un centenar de cuetes en honor a la patrona, mientras que la Asociación de la Virgen del Rosario se encarga de la confección de los atuendos que viste la imagen cada año.
Este año, la Virgen estrenó un nuevo vestuario elaborado en La Antigua Guatemala, confeccionado desde finales del año anterior.

Participación comunitaria
La festividad también convoca a estudiantes de distintos establecimientos educativos, quienes con bandas escolares rinden homenaje a la Virgen.
Entre ellos destaca el Liceo Guatemala, que suma más de 40 años de participación ininterrumpida en esta tradición.

Monseñor Víctor Hugo Palma Paúl, de la Arquidiócesis de Los Altos, recordó que el mes de octubre es propicio para fortalecer la fe.
"Por medio del rezo del Rosario se invita a la oración piadosa y a la meditación de los misterios de la vida de Jesús y María. El rezo del rosario es una forma de creer en el amor de Cristo y en su presencia en nuestras vidas", señaló.




