Aunque las remesas digitales ofrecen ventajas como seguridad, trazabilidad e inclusión financiera, su uso en Guatemala aún es limitado. Especialistas del sector Fintech ven una oportunidad clave para acelerar su adopción.
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De un total de US$21,500 millones en remesas familiares que, en 2024, enviaron a Guatemala los guatemaltecos radicados en Estados Unidos y otros países, solamente el 30% de estos flujos circuló por canales digitales. Según expertos en el tema, existe un amplio margen para mejorar y aprovechar las ventajas de rapidez y seguridad que ofrecen las herramientas digitales para transferencias de este tipo.
En el marco de la segunda edición del Guatemala Fintech Day, los expertos analizaron cómo las remesas digitales pueden transformar la experiencia de envío, reducir costos de transacción, mejorar la trazabilidad y abrir nuevas puertas hacia la inclusión financiera. Esto, a pesar de obstáculos como la aprobación de un impuesto del 3.5% a las remesas por parte de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
De acuerdo con los panelistas del foro: "Menos costo, más impacto: Es hora de digitalizar las remesas", dicho impuesto puede tener un efecto considerable. Aunque el 3.5% parece un porcentaje pequeño, aplicado a más de US$20 mil millones representa alrededor de US$700 millones que se convertirían en impuestos.
Sin embargo, los expertos coinciden en que los migrantes buscarán alternativas más eficientes para mover su dinero. Esto podría acelerar la adopción de soluciones digitales más efectivas, permitiendo un consumo más ordenado y controlado, tanto para quienes envían como para quienes reciben las remesas.
Este cambio también representa un reto para las remesadoras, que deberán revisar numerosos procesos vinculados con el ecosistema digital. No obstante, los especialistas lo ven como una oportunidad para evolucionar y mejorar.
Remesas como herramienta de desarrollo
Los participantes del panel coincidieron en que, en un contexto donde se busca reducir los costos de envío y hacer más eficiente el uso del dinero recibido, la tecnología juega un papel crucial como motor de cambio económico y social.
Dado que las remesas se han convertido en una fuente esencial de ingresos para muchos hogares guatemaltecos, es urgente repensarlas no solo como un mecanismo de transferencia, sino como una herramienta de desarrollo.
Miguel Sarti, gerente de negocios emergentes para el Triángulo Norte y República Dominicana en Visa, señaló que la digitalización aporta seguridad al ingreso de remesas. Considerando que estas divisas representan el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala, también son una oportunidad para entender el comportamiento del consumidor que las recibe: cómo gasta, en qué invierte y cómo mantiene a su familia.
Por su parte, Jeanie Rodas, directora regional de Network para Latinoamérica, indicó que casi el 80% de las remesas entran al país en efectivo. Digitalizarlas permitiría trazar mejor el destino del dinero y orientar su uso de manera más estratégica.
Según Rodas, el principal reto es contar con un ecosistema adecuado —es decir, un conjunto de proveedores y agentes que faciliten la tecnología y los procesos— tanto para el emisor como para el receptor. Aunque ya se avanza en ese sentido, con entre un 40% y 50% de remitentes utilizando canales digitales, todavía falta integrar a todos los actores de la cadena para fortalecer este ecosistema.
Víctor Hunda, CEO y cofundador de OTI, una fintech que ofrece servicios de envío ágil y seguro a migrantes, destacó la necesidad de soluciones 100% digitales para migrar el volumen de efectivo hacia medios electrónicos. Como ejemplo, mencionó tiendas convencionales que, tras implementar pagos digitales, triplicaron sus ventas.
Desde su perspectiva, una de las medidas clave para aumentar las remesas digitales es habilitar y masificar los métodos de pago digital. En la medida que sea más fácil pagar con teléfonos móviles, las personas ganarán seguridad y control, tanto al pagar como al recibir pagos en puntos de venta.
Sarti añadió que actualmente hay 1.8 celulares por cada guatemalteco, lo que convierte a este momento en una oportunidad clave para aprovechar herramientas ya disponibles a favor de la población y del ecosistema digital.