Conoce los síntomas de la tos ferina, cómo se contagia y por qué la vacunación es crucial para proteger a bebés, niños y mujeres embarazadas según el esquema del MSPAS.
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Más que una tos que puede ser incómoda, la tos ferina, también conocida como coqueluche, es una infección respiratoria que afecta principalmente a personas no vacunadas y puede agravarse a cualquier edad.
Esta afección, causada por una bacteria, es más común en bebés menores de seis meses, por lo que es fundamental que los pequeños estén vacunados para evitar riesgos.
Se transmite de persona a persona, por gotas de saliva al toser o estornudar; hay mayor riesgo de contagio durante las dos primeras semanas de la enfermedad.
En el centro de salud mazateco se atiende todos los días a quienes requieren inmunización para prevenir esta y otras afecciones.
La doctora Ana Camargo, directora del centro de salud, explicó que a los menores de 4 años y a mujeres en estado de gestación se les aplica la dosis contra la tos ferina.
Camargo detalló que quien padece esta enfermedad se queda sin respiración al toser. "Usualmente, tiene una duración de unos 8 a 15 días y no presenta flemas. Quienes tengan síntomas deben acudir a cualquier servicio de salud para realizarse la evaluación médica y someterse a tratamiento", declaró.
Para evitarle riesgos a los bebés, las madres y padres deben de ser responsables en cuanto a la dosificación de las vacunas que deben tener, ya que la primera se les aplica a los 45 días de nacido, luego a los 18 meses y finalmente a los 4 años, con lo que se completa la dosificación contra tos ferina.
Según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el esquema de vacunación para su prevención incluye la pentavalente, que protege contra la tos ferina, difteria, tétanos, hepatitis B y meningitis, así como la TDP y la TDaP que protegen contra la tos ferina, difteria y tétanos.
Los bebés reciben la pentavalente; los niños, refuerzos con la TDP y TDaP, mientras que las embarazadas, la TDaP entre las semanas 20 y 36 de gestación.
Más síntomas
Según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, después de una o dos semanas, la tos ferina se vuelve más fuerte y puede causar:
- Episodios de tos violenta y repetida
- Un sonido agudo al respirar después de toser
- Vómito después de los ataques de tos
- Dificultad para respirar o pausas en respiración
