Rodeada por el majestuoso Lago Atitlán, Sololá, conocida hoy como la "Tierra del Paisaje", es una de las ciudades más antiguas de Guatemala.
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Su origen se remonta al importante centro político Kaqchikel llamado Tz'olojya', y su identidad se forjó a partir de sus profundas raíces Mayas y la influencia colonial tras la fundación española de 1547. Descubre la fascinante historia de Sololá y cómo este territorio ancestral se convirtió en una clave administrativa del centrooccidente.

Rodeada de montañas, volcanes y el majestuoso lago Atitlán, Sololá se establece como una de las ciudades más antiguas y emblemáticas de Guatemala, con raíces que se remontan mucho antes de la llegada de los españoles. Su historia combina la fuerza de los pueblos mayas y la influencia de la colonia, forjando una identidad única en la región.

Antes del siglo XVI, la región estaba habitada por los kaqchikeles, quienes fundaron la ciudad de Sotz'il o Tz'olojya', un importante centro político y espiritual. En su idioma, el nombre significa "agua rodeada" o "lugar entre aguas", una descripción fiel a su entorno natural: un territorio abrazado por ríos y por el lago de Atitlán.

Tras la llegada de los españoles, el 30 de octubre de 1547, el asentamiento fue reorganizado y oficialmente fundado como Nuestra Señora de la Asunción de Tecpán-Atitlán, convirtiéndose en un punto clave para la administración y evangelización del centrooccidente.
El lugar se estableció en esa época bajo la orden de los dominicos, provenientes del convento de Santo Domingo de Guzmán, mientras que los franciscanos fundaron el Corregimiento de Santiago Atitlán ese mismo año, dando inicio a una etapa marcada por la influencia religiosa.

Durante los primeros años de la colonia, el territorio de Sololá abarcaba amplias zonas que hoy pertenecen a Quiché y Suchitepéquez, y se consolidó como una cabecera importante para la organización política y económica de la región.
A lo largo de los siglos, su población conservó sus raíces mayas, manteniendo viva la lengua kaqchikel y la presencia de comunidades tz'utujiles en los alrededores.

El nombre Sololá, una adaptación castellana de Tz'olojya', pues a los españoles se les dificultaba su pronunciación original, perduró hasta convertirse en sinónimo de identidad.
Conocida hoy como la "Tierra del Paisaje", la ciudad mantiene su espíritu ancestral, donde cada calle, templo y mirador cuentan una parte de la historia de los pueblos que le dieron origen.




