Taiwán reafirma su liderazgo en la lucha climática global con un ambicioso plan de reducción de emisiones del 40% para 2035, alineado a la meta de cero emisiones netas para 2050. Además, la cooperación climática Taiwán Guatemala se fortalece con proyectos clave de alerta temprana.
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El cambio climático es, sin duda, uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad. Sus efectos trascienden fronteras, transforman economías y ponen en riesgo la seguridad de comunidades enteras. Taiwán no es ajeno a esta realidad: los recientes tifones y lluvias extremas que afectaron al país son un recordatorio contundente de que la acción climática no puede esperar.
Consciente de su responsabilidad global, Taiwán se ha comprometido plenamente a avanzar hacia un desarrollo sostenible y a contribuir activamente en la lucha contra el cambio climático. En 2025, el gobierno taiwanés presentó su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0), un plan claro y ambicioso que establece metas de reducción de emisiones para 2035 y marca el camino hacia cero emisiones netas para 2050.
Este compromiso se enmarca en la visión del Proyecto Nacional de la Esperanza, impulsado por el presidente Lai Ching-te, que busca una transición verde, inteligente e inclusiva. A través de políticas que promueven la energía renovable, la innovación tecnológica, la transformación industrial sostenible y la participación ciudadana, Taiwán demuestra que la prosperidad económica puede avanzar de la mano con la protección ambiental.
Asimismo, la creación del Comité Nacional de Cambio Climático, dependiente de la Oficina del Presidente, ha permitido coordinar esfuerzos entre los sectores público y privado, fomentando el diálogo y la acción conjunta. Taiwán ha elevado sus metas de reducción de emisiones del 36% al 40% para 2035, acompañado de un ambicioso Plan de Acción Integral para la Reducción de Carbono, que incluye más de veinte iniciativas emblemáticas, desde el desarrollo de energía solar, eólica y geotérmica, hasta la promoción de estilos de vida sostenibles.
Uno de los hitos más recientes es la implementación del sistema nacional de tarificación del carbono, una medida pionera en Asia que busca incentivar la reducción de emisiones mediante tarifas justas y mecanismos de comercio de carbono. Este avance no solo fortalece la gobernanza ambiental interna, sino que también alinea a Taiwán con los estándares internacionales en materia climática.

Taiwán también colabora con Guatemala para fortalecer la resiliencia climática del país mediante el proyecto de ¨Sistema de Prevención y Alerta Temprana de Desastres¨ en Alta Verapaz, que integra información meteorológica, monitoreo de inundaciones y deslizamientos e instalación de plataformas de alerta comunitaria. Al mismo tiempo, en el ámbito regional y multilateral, también cooperamos con BCIE y SICA con proyectos que promueven la energía sostenible, movilidad eléctrica y protección del medio ambiente marino.
A pesar de no ser miembro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Taiwán actúa de manera voluntaria y proactiva, alineando sus políticas con los compromisos globales del Acuerdo de París. En este espíritu de cooperación, el ministro de Medio Ambiente, Peng Chi-ming, ha reafirmado el llamado para que Taiwán pueda participar de forma significativa en la COP30, que se celebrará este noviembre en Belém, Brasil.
Taiwán está dispuesto a compartir su experiencia, su innovación tecnológica y su voluntad de colaboración con la comunidad internacional. Creemos firmemente que la transición climática solo será posible si es inclusiva, si todas las naciones, sin excepción, pueden aportar y beneficiarse de los avances hacia un planeta más limpio y resiliente.
En este sentido, Taiwán y Guatemala, junto con las demás naciones amigas, pueden seguir fortaleciendo su cooperación en áreas como la gestión de riesgos, la energía renovable y la educación ambiental. Solo por apoyando a Taiwán en su participación en la COP30 podremos construir una nueva era de acción climática, en la que el desarrollo y la sostenibilidad caminen de la mano por el bien de las futuras generaciones.




