Esta comida, más allá de su sabor y experiencia gastronómica, posee un significado cultural, ancestral y ceremonial, por tener como base una masa de maíz.
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Para estas fiestas, el tamal se consume en familia, con amigos y se da como un regalo de prosperidad y esperanza desde sus orígenes en Mesoamérica.
Recibe el nombre de tamal por su significado del náhuatl tamalli, que significa “envuelto”, de acuerdo con la Real Academia Española.
Los ingredientes principales para su preparación son:
- Maíz, molido y cocinado para formar la masa
- Manteca de cerdo
- Hojas de plátano
- Sal y condimentos
- Carne de pollo o de res
El recado o salsa que dan sabor a esa masa de maíz pueden tener variaciones saladas o dulces e ir acompañado de otros ingredientes que le aportan sabor y color.
El tamal rojo o colorado, que es el que más se consume, tiene un recado hecho a base a tomate, achiote, miltomate y otros ingredientes para darle un sabor salado.
¿Y el tamal dulce?
Desde su origen, el tamal dulce o negro, como se le conoce por el color que lo distingue, simboliza un momento más especial, como la Navidad.
A este tipo de tamal “especial” se le añade especies como clavo, chocolate, panela, pasas y canela, entre otras especies consideradas ancestralmente como “lujosas” y utilizadas exclusivamente para celebraciones, dada la inversión que representaba.
Pero, hay familias que combinan distintos sabores para conmemorar estas fechas significativas. Por ejemplo, en algunos hogares al tamal colorado le añaden pasas o ciruelas para dar ese toque navideño.
Las distintas combinaciones o variaciones dependerán del gusto y tradición de cada guatemalteco, que incluso las acompañan con pan y con bebidas emblemáticas para estas fechas, como lo son el chocolate caliente y ponche navideño.
