El otrora capo del mexicano Cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el patriarca de la familia Lorenzana, Waldemar Lorenzana Lima, tienen algo más en común que haber traficado cocaína cuando estaban libres.
Mientras ambos están presos en los Estados Unidos (EE.UU.), el mismo abogado—el ecuatoriano americano Ángel Eduardo Balarezo—los ha librado, por el momento, de una sentencia de cárcel por narcotráfico.
¿Quién es el abogado?
Hace por lo menos 15 años, los Lorenzana eran uno de los grupos en Centroamérica que almacenaba cocaína colombiana para el Cartel de Sinaloa.
Balarezo, un experimentado abogado criminalista en casos de narcotráfico, homicidio, extorsión y extradiciones, ha conseguido mantener durante cuatro años a Lorenzana Lima (desde su extradición en 2014) lejos de una audiencia de sentencia en una corte en Washington, DC, donde se procesa el caso.
El abogado afirma que su cliente sufre la enfermedad de Alzheimer y es incapaz de comprender el proceso legal. Una estrategia similar intenta ahora con “El Chapo”, desde que asumió su defensa en septiembre de 2017, nueve meses luego de su extradición hacia Nueva York.
El abogado pretende evitarle a sus clientes un desenlace similar al de los dos hijos del excapo guatemalteco, Waldemar y Elio Lorenzana Cordón, extraditados a los EE.UU. después de que su padre: en marzo de 2016 un jurado les declaró culpables de conspirar para traficar cocaína a ese país, y la jueza Colleen Kollar Kotelly les condenó a cadena perpetua en 2018, en una corte de la capital estadounidense.

Cronología del proceso
Unos días después de que Guatemala extraditó a Lorenzana Lima a EE.UU., en marzo de 2014, el guatemalteco se declaró no culpable, una señal de que no iba a cooperar con la justicia de ese país, que lo tenía bajo el radar desde al menos 20 años antes.
Eso hasta que llegaron a sus manos las declaraciones de tres testigos, que fueron intermediarios de sus proveedores colombianos. Uno ellos era el guatemalteco Otto Roberto Herrera García.
Los hijos contra su padre
Los folios con las declaraciones le revelaron cómo, casi una década antes, sus hijos trataron de engañarle, pidiéndole a Herrera García que les vendiera la droga a espaldas de su padre, para no tener que esperar que repartiera las ganancias con ellos.
El antecedente le bastó a Lorenzana Lima para dar un golpe de timón: declararse culpable y echar al agua a sus hijos. En agosto de 2014, “El Patriarca” le dijo a la jueza Kollar Kotelly que sus hijos se encargaban de todo el negocio, y lo tenían al margen. La realidad era lo contrario. Herrera García también había dicho que el padre controlaba todo, le daba a sus hijos alrededor del 20% de las ganancias y retenía el resto. Eso, hasta que los hijos consiguieron sus propios proveedores.
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La estrategia jurídica
Balarezo hacía lo posible por mostrar que su cliente daba muestras de poca coherencia cuando le cayó encima un caso pesado en noviembre de 2014: la defensa del mexicano Arturo Beltrán Leyva, un exsocio y archienemigo de “El Chapo” Guzmán, extraditado hacia los EE.UU. para enfrentar cargos por narcotráfico.
Mientras trataba de evitar la condena de Beltrán Leyva, en otra corte en Washington procuraba convencer a la jueza Kollar-Kotelly que su cliente guatemalteco no estaba en sus cabales.
Para febrero de 2015, un desaliñado Lorenzana Lima acudió a una audiencia en la corte y la jueza comenzó a tomar los argumentos de la defensa en serio. Estaba recluido en una cárcel en Virginia, pero ese mes lo trasladaron a la Institución Correccional de Butner en Carolina del Norte para evaluarlo.
El problema era que, mientras un experto de la defensa sostenía que Lorenzana Lima mostraba signos de demencia, el excapo torpedeaba el proceso rechazando el diagnóstico. A la vez, la fiscalía no conseguía un diagnóstico concluyente con sus expertos. En noviembre de 2015, el guatemalteco aparecía como excarcelado, pero estaba bajo el resguardo de la Fiscalía General de EE.UU.
El vaivén de las evaluaciones se prolongó dos años más. En ese lapso, sus hijos fueron hallados culpables y en enero de 2017, “El Chapo” fue extraditado a Nueva York. Tres meses después, Balarezo sufría un revés: la condena a cadena perpetua de Beltrán Leyva, cuando había pedido una sentencia de 25 años.
Aunque no era un buen augurio para sus otros clientes, en septiembre se convirtió en el abogado defensor de “El Chapo”, que prescindió de los abogados de la defensa pública que le habían asignado.
Balarezo tenía cinco meses de defender a uno de los narcotraficantes más famosos del planeta, cuando Lorenzana Lima se metió en problemas por mano propia. En febrero de 2018, le escribió una carta a la jueza Kollar-Kotelly, para quejarse de que su abogado no lo tenía informado acerca de su proceso legal, según consta en el expediente 03-CR-00331-CKK del caso.
“Mi intención siempre ha sido declararme culpable y evitar un molesto juicio y mi abogado me tiene en la creencia que yo firmé un acuerdo de culpabilidad de 60 meses [5 años], pero ya tengo más de 80 meses [6 años y 7 meses] que fui detenido y es hora que no sé qué está pasando con mi caso”, escribió, quizá con ayuda de alguien, porque la letra es distinta a la letra de su firma. No recordaba que firmó el acuerdo en 2014, ni que aceptó ante la fiscalía que declararse culpable no le garantizaba una sentencia reducida—que sólo es decisión del juez.
El abogado podía probar que mantenía a su cliente informado del caso. Desde 2014, se había cuidado de mencionar a la jueza que tenía dificultades para hacerse entender por Lorenzana Lima. Mientras tanto, la fiscalía mantenía que pretendía obtener una sentencia de 27 años que—a los 80 años del Patriarca—podía hacer las veces de una cadena perpetua. La fiscalía quiso usar la carta para probar que al narcotraficante no tenía problemas para comprender el proceso.
Los fiscales Michael N. Lang y Amanda Liskamm pidieron una audiencia para reexaminar el proceso y si evaluaciones adicionales—que retrasarían el proceso aún más—realmente eran útiles para Lorenzana Lima, dado el contenido de su carta. Sin embargo, la jueza denegó la audiencia y ordenó más evaluaciones, que debían concluir el 1 de junio. Cuanto ha ocurrido desde entonces es un misterio. Ni la fiscalía ni la defensa han emitido palabra.
Si la carta era un intento de deshacerse de Balarezo, no parece tener sentido que Lorenzana Lima tratara de deshacerse de un abogado que ha evitado que corra la misma suerte que sus hijos. Sin embargo, por ahora, Balarezo parece haberse salido con la suya: que la jueza considere que el estado mental de Lorenzana Lima es inadecuado para sentenciarle.
- Lee aquí la carta

- Descárgala aquí en inglés y en español:
La misma estrategia con “El Chapo”
Desde hace meses, el abogado apuesta a lo mismo en el caso de “El Chapo”. Los abogados mexicanos del excapo del Cartel de Sinaloa prepararon el terreno antes de su extradición, argumentando que el estado mental de su cliente se había deteriorado por encontrarse en aislamiento, y porque no le permitían dormir con ruido constante en los alrededores de su celda.
En noviembre, Balarezo dijo que el estado mental de El Chapo se había deteriorado tanto que el juez Brian M. Cogan, que lleva el caso, aceptó que un psicólogo lo evalúe. El juicio contra El Chapo estaba programado para abril de 2018, que llegó y se fue sin que la fiscalía lograra sentar al ex capo en una corte frente a un jurado. En cambio, en abril sus defensores urgieron a las autoridades a que condujeran otra evaluación psicológica antes de la nueva fecha de inicio del juicio: 5 de septiembre. Balarezo esperaba los resultados en mayo.
“Hemos notado que su estado mental se ha deteriorado, no sólo su memoria, sino la forma en que entiende las cosas”, dijo el abogado, y ello podría afectar su defensa. Balarezo espera que el resultado de la evaluación conmine a las autoridades a mejorar las condiciones carcelarias del ex capo: una celda de aislamiento 23 horas al día.
- POR SI NO LO VISTE...
El Chapo Guzmán y Lorenzana Lima son dos de los principales trofeos del narcotráfico en México y Guatemala, que EE.UU. ha logrado sentar en una corte, mas no llevar a juicio aún. Está por verse si El Chapo logra demorar su sentencia como lo ha hecho el excapo guatemalteco. Si a los hijos de Lorenzana Lima les recetaron cadena perpetua, no se espera menos para el exjefe del Cartel de Sinaloa. En febrero pasado, Balarezo dijo que “El Chapo” no tiene interés en cooperar, ni en hacer ningún trato. El desenlace de su caso, por ahora, también es otro signo de interrogación.
EN RESUMEN
- Waldemar Lorenzana Lima, “El Patriarca”, se declaró no culpable tras ser extraditado
- Sin embargo, meses después se dio cuenta de la traición de sus hijos, que hicieron negocios ilícitos a sus espaldas, sin conformarse con el 20% de comisión que les daba
- El abogado de “El Patriarca”, ha intentado que la corte lo declare incapacitado para declarar
- Sin embargo, Lorenzana Lima habría escrito una carta para desmentirlo y asegurar que quiere declararse culpable, evitar un largo proceso y tener una condena reducida
- A pesar de ello, el abogado de Lorenzana Lima estaría impidiendo esta condena, para que su “fama” no se venga abajo, sobre todo con otros grandes narcos, como “El Chapo” Guzmán
- Al igual que con Lorenzana, el abogado intenta realizar la misma estrategia legal con “El Chapo” Guzmán
- Además de Lorenzana y “El Chapo”, este abogado también ha representado a otros grandes capos, como Arturo Beltrán Leyva





