Monseñor Próspero Penados del Barrio es recordado por momentos históricos como la recepción del Papa Juan Pablo II y la fundación de la ODHAG junto a Juan José Gerardi, marcando su vida eclesiástica y social en Guatemala.
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A lo largo de su carrera eclesiástica, monseñor Próspero Penados del Barrio llegó a ocupar cargos importantes en la iglesia católica guatemalteca, en los que dejó un gran legado para la feligresía.
Su tono de voz suave y la calma de sus modales contrastaron con la firmeza que mostró al incidir en la sociedad de su época, donde abogó por la paz y la defensa de los derechos humanos.
Monseñor nació el 28 de agosto de 1925, en el hogar formado por Ponciano Penados Pinelo y Aurora del Barrio Vásquez.

José María Soza, autor de la Monografía del departamento de El Petén publicada en dos tomos por la Editorial José de Pineda Ibarra, escribió que el futuro prelado cursó sus estudios primarios en la escuela nacional florense y en el Colegio Para Varones San Sebastián de la capital.
Su vocación religiosa se reafirmó con su ingreso al seminario conciliar en 1941, prosiguiendo sus estudios en el seminario de Notre Dame, de Nueva Orleans, de 1946 a 1947.
Recibió las sagradas órdenes el 24 de marzo de 1951 en la Basílica de Santa María la Mayor (Roma, Italia) y estuvo asignado a parroquias como Nuestra Señora de Guadalupe, San Sebastián (Antigua Guatemala) y Santa Ana (Chimaltenango).

Nueva misión
El 26 de julio de 1966, Próspero Penados del Barrio se convirtió en el primer sacerdote petenero en recibir el cargo de obispo, al ser nombrado auxiliar en la diócesis de San Marcos y titular de 1971 a 1983.
Para 1982 fue nombrado presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, cargo que ejercía cuando se dio la primera visita del papa Juan Pablo II al país el 6 de marzo de 1983.
Meses después, el 15 de junio fallecía el cardenal Mario Casariego, arzobispo metropolitano de Guatemala, y monseñor Próspero fue nombrado sucesor por el Vaticano el 1 de diciembre.

Entre los momentos clave de su labor pastoral figura el paso de la Administración Apostólica de Petén a la categoría de Vicariato Apostólico, ocurrido en 1985.
Además, ese mismo año participó en la campaña de motivación al voto con motivo de los primeros comicios generales convocados tras el fin de los gobiernos militares en el país.
Junto al obispo Juan José Gerardi fundó la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, por lo que resintió el asesinato de Gerardi ocurrido dos días después de la presentación del informe Guatemala, nunca más, el 26 de abril de 1998.

Al cumplir los 75 años, presentó su renuncia al cargo de arzobispo ante Juan Pablo II y fue sucedido por Rodolfo Quezada Toruño.
Falleció a los 79 años, en la capital, y sus restos reposan en las criptas de la Catedral Metropolitana.




