Parece imposible fallar un disparo a medio metro de la portería, sin oposición alguna y con la complicidad del rival, que de antemano ha pactado para que le anoten el tanto. Pero, a veces, en el fútbol suceden cosas sorprendentes.
Ocurrió esta semana en Turquía, en el torneo alevín Balkan Cub. En el partido entre el Korricu y el Bursaspor, se anota un gol, que celebran con mucha euforia, lo que es aprovechado para que el rival empate.
Esto no le pareció al técnico, que pidió les permitieran anotar el gol de vuelta sin oposición. Lo que fue avalado por el árbitro. Pero lo que sucede a continuación es sin duda alguna el fallo más tierno del mundo.
El problema vino cuando el jugador del equipo turco erró el gol pactado, al tirar contra el palo un disparo a medio metro de la portería sin oposición ninguna.
La surreslista acción dejó al pequeño hundido: se quitó la camiseta y se salió corriendo del campo entre un baño de lágrimas. El mismo fue consolado por sus compañeros, el técnico y el mismo árbitro para retornar al terreno de juego.
* Con información de Abc.es