Nuestro país es reconocido mundialmente por su diversidad, ya que existen al menos 758 registros de aves, de las cuales 240 son migratorias
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Guatemala es una ruta para miles de aves, que generalmente viajan desde sus hábitats reproductivos hacia lugares en donde encuentran condiciones favorables de tiempo en lo que transcurre el invierno en sus regiones.
La migración coincide con las latitudes ubicadas más al norte de México, Estados Unidos y Canadá, según informó Gabriel Alejandro Valle, coordinador regional de Fundaeco en Amatitlán.

"La llegada de aves se da entre septiembre y octubre, luego se regresan en marzo y abril del siguiente año", puntualizó.
Cada cierto tiempo, con apoyo y personal de Amsa se recorre la playa pública del lago de Amatitlán y San Miguel Petapa, para admirar las aves migratorias que están en los alrededores y escondidas entre las plantas acuáticas conocidas como ninfas.

"Una de las aves que llama la atención no solo por su pequeño tamaño, sino por su recorrido, es el colibrí Rubei, que viaja desde la parte norte de Estados Unidos, pasando por México y llegando a este hermoso lago", expresó Valle.
Enma Díaz, directora ejecutiva de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (Amsa), dio a conocer que los monitoreos se desarrollan con las aves migratorias.

"Este esfuerzo tiene como objetivo registrar la diversidad de especies que habitan y visitan el lago, lo que permitirá evaluar la diversidad de la cuenca", expresó Díaz.
La Policía informó que se suma a la vigilancia con personal de la División de Protección a la Naturaleza, para evitar la caza ilegal de aves o la depreciación de bosques, ya que todo esto está penado por la ley.

Importancia
- Son indicadoras del buen estado de conservación de las regiones
- Algunas consumen roedores e insectos que pueden convertirse en plagas
- Otras son dispersoras de semillas y polinizadoras
- La observación de aves es una actividad turística de bajo impacto
Amenazas
En sus viajes largos se exponen a amenazas ocasionadas por los seres humanos, especialmente la cacería ilegal, degradación y destrucción de hábitat, que disminuye sus probabilidades de supervivencia, y la contaminación lumínica de las grandes ciudades.




