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Tradición extrema: Día de las Bolas de Gas en Verapaz
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El ambiente y la adrenalina suben de nivel en San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, cada 8 de diciembre, justo después de que culmina la misa de las 7:00 de la noche dedicada a la Virgen de Concepción. Es entonces cuando da inicio una de las tradiciones más extremas del país: el Día de las Bolas de Gas.
Todo comienza con el silencio solemne de la procesión. Luego, como si una chispa invisible encendiera al pueblo entero, el parque central se transforma. El aire se llena de humo, olor a gasolina, gritos y carcajadas.
Miles de bolas de fuego cruzan el cielo en todas direcciones. No hay equipos ni reglas: es un "todos contra todos", donde el fuego no se esquiva, se enfrenta.
Según historiadores locales, esta tradición nació hace más de 200 años. Los frailes del templo fabricaban bolas con trapos impregnados de resina y encendían un fogón en las afueras de la iglesia. Cada uno pateaba la bola una sola vez, como un acto simbólico de protección contra el mal.
La escena, cargada de misticismo, atrajo a los vecinos. Con los años, la ceremonia pasó a ser del pueblo. Hoy, es una cita infaltable que convoca a más de 4 mil personas, muchas de ellas llegan desde otros municipios.
Las bolas ahora se hacen con ropa vieja, alambre de amarre y productos inflamables como diésel, gasolina o aceite quemado. En una sola noche pueden lanzarse más de 4 mil 500.
Las llamas iluminan los rostros y las risas, mientras las bolas de fuego bailan sobre el empedrado como un antiguo espíritu que nunca dejó de arder.
