Cuando todos debíamos estar comentando el triunfo de Jimmy Morales como presidente electo, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala –CICIG- y el Ministerio Público –MP- presentan un escándalo que debería acaparar titulares semanas enteras. En este país, los precios de los medicamentos que se brindaba a los afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social se negociaban debajo de la mesa.
Y aunque sabíamos que eso pasaba, o lo intuíamos, no habíamos comprendido el alcance de la trama siniestra. La Cicig y el MP nos evidencian, desde esta semana, como la red, que involucra contratos millonarios para siete empresas, encabezada por el otrora “intocable” Gustavo Alejos, se burlaba de una población enteramente a su merced: los enfermos y necesitados de tratamiento médico.
Las personas y patronos que pagan puntualmente su cuota al seguro social no lo hacen para que sus recursos se destinen para pagar comisiones a mercaderes de la salud sin escrúpulos. Y aunque la corrupción llora sangre, siempre, pagar cinco veces más de lo necesario por un medicamento para pacientes que enfrentan cáncer y tienen que recibir quimioterapia tiene que estar en una categoría aparte.
Todo lo que se conoce hasta ahora parece salido de una mala película de horror. Los de esta red “se valieron de información privilegiada, para que médicos recetaran un determinado medicamento” reveló Iván Velásquez, titular de la CICIG. Así, podían no haber dado el mejor para el paciente, sino el que más convenía al comisionista. “Tenían plena incidencia en el nombramiento de directores de unidades del IGSS” puntualizó por su parte la fiscal Thelma Aldana. De esta manera, descartaron a personas honorables e idóneas que no se prestaran al asqueroso transe.
Este año se han descubierto tres casos de corrupción dentro del IGSS. La vinculada a la aprobación del anómalo contrato con la empresa mexicana Pisa, que ha causado la muerte a alrededor de 35 personas, todas ellas pacientes renales. La que involucra al diputado reelecto Baudilio Hichos, quien estaría vinculado con cotización irregular en una clínica del seguro social en Chiquimula. Y esta, de la que apenas estamos conociendo los primeros esbozos. Espero que lleguemos al fondo de la cloaca en que se convirtió nuestro sistema de seguridad social. Lucrar con la salud está en una categoría aparte. Debería tener su propio círculo en el infierno.





