Cada 30 de julio, los choferes de buses urbanos y extraurbanos adornan sus unidades para conmemorar a su patrono, San Cristóbal, en rogativa por su protección en el camino
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Algunas asociaciones o empresas del transporte de pasajeros organizan un concurso entre los conductores para elegir al autobús más bonito, entre otras actividades para convivir y agradecer las bendiciones.
No muy lejos de estos eventos, los conductores viven su realidad, la cual repercute en su forma de prestar el servicio, aunque algunos, a pesar de las circunstancias, intentan hacerlo con calidad y esmero.

Según informó Edgar Guerra, defensor del Usuario del Transporte, de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), ellos "operan con extremo estrés, producto del temor por la violencia que se vive en el transporte colectivo".
Además, tienen condición física baja debido a la mala alimentación y escaso ejercicio, lo que repercute en su desempeño. En muchos casos son propensos a la diabetes o enfermedad renal.
Otros sobrevivientes
Agregó que la baja remuneración obliga a personas con insuficiente preparación a desempeñarse como pilotos del transporte público. Esta insuficiencia también se ve reflejada en la poca educación vial.

"Conducen autobuses en mal estado o bien con insuficiente mantenimiento que pone en riesgo su vida y la de los pasajeros", señaló.
Entre los principales problemas está que un buen número no cuenta con licencia para conducir autobuses o bien lo hacen sin esta. "En los peores casos no cuentan con ninguna de las anteriores y son menores de edad o no tienen la edad de ley para conducir este tipo de vehículos", finalizó.




