La Catedral de San Marcos, ha estado marcada por múltiples etapas de reconstrucción tras graves daños causados por terremotos, especialmente el sismo de 2012, que obligó a restaurar los campanarios y afectó el diseño original del Templo Mayor.
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La Catedral de San Marcos es un referente histórico, espiritual y arquitectónico del departamento. Su imponente construcción no solo destaca por su diseño, sino también por su relevancia religiosa al ser la sede del obispo, donde se encuentra la cátedra, símbolo de su autoridad espiritual.
Considerado el templo más importante de la diócesis, es el centro de la vida litúrgica y administrativa, además de punto de referencia para miles de fieles marquenses.

En San Marcos, la catedral comenzó formalmente su historia cuando el papa Pío XII estableció la diócesis en 1951 y, posteriormente, en 1954, se nombró a monseñor fray Miguel Celestino Fernández como su primer obispo. Con ello, la ciudad se convirtió en sede de la nueva diócesis y se demolió la parroquia provisional para dar paso a la construcción del nuevo templo.
La obra tuvo varias etapas. En la década de 1950 se derribó la antigua iglesia de 1906, la cual ya había sufrido graves daños tras el terremoto de 1942 que destruyó sus campanarios. En 1956 se completó su demolición y se inició la edificación de la nueva catedral, cuyos trabajos fueron agilizados por fray Serafín Hernández.

Las edificaciones religiosas en San Pedro Sacatepéquez y San Marcos tuvieron un gran impulso durante esos años gracias al entusiasmo del fray Aurelio Fernández, quien promovió diversas obras que marcaron el desarrollo del patrimonio religioso local. En 1959 se inauguró el templo con majestuosos murales, aunque la construcción quedó suspendida de manera provisional.
Entre 1999 y 2010 se retomaron los trabajos de reconstrucción, incorporando la cúpula y otros elementos pendientes. Sin embargo, el terremoto de 2012 afectó severamente la estructura y destruyó los campanarios, los cuales actualmente están siendo reconstruidos, aunque sin campanas debido a limitaciones estructurales.

Entre las campanas históricas destacan una dedicada a San Marcos Evangelista, otra a San Sebastián Mártir y una tercera obtenida tras la guerra de invasión a los pueblos de Mazapa en 1839, piezas que forman parte de la memoria religiosa del pueblo.
"Los planos originales del arquitecto colonial García Aguirre y los proyectos de reconstrucción entre 1906 y 1950 nunca se ejecutaron por completo, dejando la catedral actual con un diseño más sencillo. Diversos líderes religiosos participaron en su edificación, entre ellos fray Aurelio Fernández, fray Serafín Hernández, padre Gabriel Perdomo, padre Severiano Cardona, padre Toribio Pineda y padre Géldi Barrios", explicó el historiador marquense José Campollo.




