En 2007, Sebastiana Cottón Vásquez (alias "Doña Tana") llegó hasta una finca de Waldemar Lorenzana Cordón en Zacapa, con 3 millones de dólares para comprar cocaína suya y de Juan León (alias Juancho), según el expediente del caso en EE. UU. años después. Le enseñaron seis ladrillos de cocaína de buena calidad.
TE PUEDE INTERESAR: El árbol genealógico del Narco Clan Lorenzana
Ella les dejó el dinero, y ellos ofrecieron enviarle 300 kilos de cocaína al día siguiente, puesta en San Marcos. Pero no cumplieron. Entonces, "Doña Tana" telefoneó a Waldemar (hijo). Como la conversación acabó a gritos, él la invitó a la finca de nuevo para hablar cara a cara.
Cottón llegó con su primo Max; su hijo mayor, Antonio; Lucas (su comprador mexicano), y Rudy, uno de sus trabajadores. "Cuando entramos a la casa de Don Waldemar, había unos 80 hombres armados", observó. "Estaban en el jardín, pero cuando nos sentamos en una mesa a la par de la baranda que rodeaba la casa, se acercaron. Había diez por aquí, diez por allá. Nos rodearon. Un helicóptero también sobrevolaba la propiedad".

A punta de pistola
''Doña Tana'' era la única mujer allí. Recién se sentaron, Waldemar y Juancho somataron sus pistolas sobre la mesa, y comenzaron a discutir acerca de la hora de salida del camión con la droga. Ella observó que la pistola de Juancho apuntaba en su dirección, y la de Waldemar, hacia Lucas.
"Cada vez que me acomodaba en la silla, Juancho ponía su mano sobre la pistola", recordó. "Yo me levanté y fui al baño; cuando regresé, Max me jaló a un lado y me dijo: 'Doña Tana, salgamos de aquí; las cosas se van a poner feas. Don Juancho me dijo que si usted hace cualquier movimiento, le va a disparar'. Don Walde y Rudy ya estaban gritando. Todo estaba caldeado y no me gustó. Don Lucas tenía miedo, porque me pateaba el pie bajo la mesa, diciendo quedito: 'Vámonos, vámonos'. Así que no me quedó más que pararme y decir: 'Bueno, el pez grande se ha comido al pequeño y ya me las arreglaré. Ya veré cómo pagar ese dinero'".

Casi un año después, Juancho murió acribillado por los Zetas en Zacapa. Nueve años después, "Doña Tana" brindó un testimonio comprometedor contra los hermanos Lorenzana en su juicio.