¿En qué consiste la vacuna desarrollada por Israel que promete ser accesible y de fácil producción?
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Una nueva formulación realizada con “subunidades de proteína” podría llegar a todos los rincones del planeta y ofrecer una alternativa económica, sencilla de almacenar y eficaz para prevenir el Covid-19, según los estudios.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Estados Unidos están trabajando en una alternativa barata, fácil de almacenar y eficaz a la hora de prevenir la enfermedad causada por el Sars-Cov-2.
En un reciente artículo publicado en la revista Science Advances, los investigadores informaron que la vacuna comprende fragmentos de la proteína espiga del SARS-CoV-2 dispuestos en una partícula similar a un virus, que provocó una fuerte respuesta inmune en pruebas en animales y los protegió contra virus.

Según explicaron, la vacuna fue diseñada para que pueda ser producida por levadura, utilizando instalaciones de fermentación que ya existen en todo el mundo.
“Todavía hay una población muy grande que no tiene acceso a las vacunas contra el Covid. Las vacunas de subunidades basadas en proteínas son una tecnología bien establecida y de bajo costo que puede proporcionar un suministro constante, además su proceso es aceptado en muchas partes del mundo”, sostuvieron los científicos J. Christopher Love y Helen E. St. Laurent.
Para este objetivo eligieron el antígeno de superficie de la hepatitis B como su andamiaje y demostraron que, cuando se recubrió con fragmentos RBD del SARS-CoV-2, esta partícula generó una respuesta mucho más fuerte que la proteína RBD por sí sola.

“Una de las cosas clave que separa nuestra vacuna de otras vacunas es que las instalaciones para fabricarla en estos organismos de levadura ya existen en partes del mundo donde las vacunas aún son más necesarias en la actualidad”, destacó Neiul Dalvie, otro de los participantes de la investigación.
La vacuna ha sido probada en un pequeño ensayo en primates no humanos. Para esos estudios combinaron la vacuna con adyuvantes que ya se usan en otras inoculaciones: ya sea hidróxido de aluminio (alumbre) o una combinación de alumbre y otro adyuvante llamado CpG.
En esos estudios, los investigadores demostraron que la vacuna generó niveles de anticuerpos similares a los producidos por algunas de las vacunas Covid-19 autorizadas, incluida la vacuna Johnson y Johnson. También encontraron que cuando los animales estuvieron expuestos al SARS-CoV-2, las cargas virales en los animales fueron más bajas que en animales no vacunados, por lo que arroja una luz para que esta vacuna pueda ser de beneficio a los humanos.