Conoce la leyenda de los cheles del perro, un relato popular que mezcla misterio, muerte y tradición oral latinoamericana.
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Dicen que doña Candelaria era una señora que se quejaba por los ladridos de los perros en horas de la noche, pues le interrumpían el sueño. Estos, según ella, se daban sin ninguna explicación, porque cuando los escuchaba salía a ver lo que sucedía, pero nunca miraba algo en la calle.
En una conversación con una de sus vecinas, conocida como doña Josefa, esta le dijo: "Si querés ver lo que los perros ven, ponte los cheles de los perros en tus ojos y vas a ver". Fue así como, en una ocasión, cuando los caninos empezaron con sus ladridos, como era costumbre, doña Candelaria salió a callarlos y se recordó del consejo.
De esta forma, decidió acercarse a su "chucho" y colocarse los cheles. Al momento no vio nada, pero después de un par de parpadeos, la señora visualizó lo que sus ojos no podían ver. Y tal fue el susto por la impresión, que perdió la vida esa misma noche.

"Esta historia me la contaron en México y la adapté para los recorridos que hacemos en el Cerrito del Carmen", comentó Óscar Cano, director de la compañía de teatro El Duende del Ático.
Y es que cuentan los abuelos que los perros ven espectros en la noche y a eso se deben sus ladridos, los cuales, para los humanos, no tienen explicación.
Variaciones
Como siempre, estas historias tienen sus modificaciones. En México se han hecho diferentes publicaciones, tanto universitarias como periodísticas, de este relato para rescatar y no dejar morir la tradición oral. El mismo se ha extendido por Latinoamérica.
"En ocasiones el nombre de la señora es cambiado; además, se dice que la acción de colocarse los 'cheles' la hace durante siete días", añade Cano.
Otra versión asegura que la protagonista vio a la muerte bailando, a un hombre vestido de negro y una mujer de blanco, a unos espantos llevando un cadáver a enterrar y otros espectros. Esto fue la causa de haber perdido la vida esa noche.
También se puede escuchar que, en lugar de una señora, fue un niño. Lo cierto de todo es que el elemento repetitivo del cuento son los "cheles" del perro.

Compañía fiel
"Los perros aman a sus amigos y muerden a sus enemigos, a diferencia de las personas, que son incapaces de amar con pureza y siempre tienen que mezclar amor y odio en sus relaciones", expresó el famoso psicoanalista Sigmund Freud sobre la relación entre canes y humanos.
A lo largo de la historia, los perros han demostrado ser de las mascotas más fieles y se logra crear un vínculo con los humanos. Sus capacidades también ayudan en casos de desastres, como el rescate de víctimas tras terremotos, deslaves o al combatir el crimen.
Entre sus cualidades se encuentra el olfato, con el cual son capaces de construir imágenes. En la comunicación, pueden descifrar el lenguaje corporal y las señales verbales; también interpretan las emociones de sus dueños. En el aprendizaje, se sabe que tienen una memoria con una notable capacidad para recordar y aprender.

En la historia
A la fecha no existe ningún documento científico que compruebe su capacidad de ver fantasmas o cosas sobrenaturales, pero, a lo largo de la historia de la humanidad, se les ha tomado como seres importantes en las mitologías. Desde la antigüedad se les ha concebido con poderes extraordinarios.
Los griegos tienen a Cerbero, Argos, Lélap y Ortro; los nórdicos, a Fenrir y Garmr; los egipcios, a Anubis; el folclore inglés menciona a Black Shuck; los hindúes tienen a Sarama, Yudhishthira y Bhairava. En América Latina, el más conocido es el Xoloitzcuintle, cuya función es la de ayudar a las almas a pasar por un profundo y caudaloso río que atraviesa la tierra de los muertos.





