La falta de financiamiento que provocó que el proyecto quedara varado por más de 30 años
OTRAS NOTICIAS: Los colegios de Malacatán que usan un aula móvil para sus alumnos sin internet
Escondido entre la maleza desde hace más de tres décadas, yace una estructura enorme que pudo haber sido el barco más grande del Lago Atitlán.
El diseño despierta la curiosidad de algunos lugareños y de turistas ver el enorme esqueleto de óxido que pudo haber sido una nave acuática única en la localidad.
A un lado de la calle del Embarcadero, en Panajachel, se encuentra el astillero de Tzanjuyú, propiedad de Carlos Rodolfo Rivera, un arquitecto naval que ha sido testigo del sueño del cual aún conserva la esperanza de concluir.
Ahí permanece la imponente armazón metálica dañada por la intemperie y por el paso del tiempo.

Iba a ser un yate hotel de cuatro niveles con capacidad para recibir entre 1,200 a 1,500 personas. Su nombre sería “San Francisco”
Meses de trabajo en equipo
“Don Chofo”, como le conocen los vecinos de Panachel, narra que en la década de los 80 durante seis meses trabajaron en los planos y tuvieron la visita de una aseguradora de barcos londinense, la cual había quedado encantada con el proyecto.
Fueron 54 personas las que trabajaron en la construcción. Era un equipo conformado por soldadores, proyectistas y jefes de trabajo.
Iba a ser el barco insignia del único astillero de Panajachel, sería el orgullo de Don Chofo quien refiere que ahí se han construido varios barcos como el Transbordador Maya Turístico, el cual tiene capacidad para trasladar vehículos, es el único en su ramo sobre las aguas del lago.

Además, se han encargado de recuperar naves dañadas como el Yate Maya Fiesta el cual se había hundido, así como otras embarcaciones de madera. Este material era el que utilizad cuando se inició el astillero.
Sin embargo, “San Francisco” contaba con una osamenta de metal la cual la haría más resistente y sería el estandarte de Tzanjuyú y del municipio, así como ofrecer una idea diferente, explica Rivera.
Falta de financiamiento ahogó el proyecto
Rivera indica que fue la falta de financiamiento lo que provocó que el proyecto quedara varado por más de 30 años, quien además de arquitecto naval es ingeniero.
Él ya construyó 12 barcos en el país, incluso fue pionero en promover el uso del acero para sus diseños en Atitlán. Actualmente se encuentra trabajando para recuperar algunos de sus barcos.
Entre ellos, conserva la ilusión de darle vida a San Francisco y que sea así la embarcación más grande en aguas del lago Atitlán.