Sabores de Quiché: un destino imperdible del turismo gastronómico
TE PUEDE INTERESAR: La Casa de Enrico: Viaje culinario con sabor a cultura maya
En el corazón del altiplano guatemalteco, el departamento de Quiché no solo resguarda impresionantes tesoros arqueológicos y culturales, sino que también ofrece una experiencia gastronómica única que invita a los visitantes a explorar la riqueza de sus tradiciones culinarias.
El turismo gastronómico en Quiché se ha convertido en un motor de desarrollo para las comunidades locales y en un atractivo para los amantes de la buena mesa.
Uno de los platillos más emblemáticos es el boxbol, una especie de tamal alargado hecho con masa de maíz envuelto en hojas de güisquil, acompañado de salsa de tomate y pepita molida.

También destacan el quichón, un guiso tradicional a base de carne y especias locales, y los chuchitos al estilo quichelense, más suaves y con sabores únicos de la región.
Visitar los mercados de Santa Cruz del Quiché, Chichicastenango o Nebaj, es sumergirse en un mosaico de colores, aromas y texturas.
Los visitantes pueden degustar antojitos como el atol blanco con chile, tortillas al comal, tamalitos de cambray y dulces típicos elaborados con panela, coco o zapote.

Además, diversas comunidades ofrecen experiencias vivenciales, donde los turistas pueden aprender a preparar platillos tradicionales con mujeres mayas, conocer los cultivos locales y compartir en convivencias.
Chichicastenango: epicentro del sabor y la cultura
Chichicastenango no solo es conocido por su famoso mercado artesanal, sino también por su oferta gastronómica. Allí, varios restaurantes y comedores promueven la cocina maya, rescatando técnicas ancestrales como la cocción en leña y el uso de molcajetes.
La fusión entre lo tradicional y lo contemporáneo ha dado lugar a propuestas innovadoras como menús de cocina quiché en espacios culturales, así como recorridos gastronómicos guiados por chefs.

Explorar Quiché es, a través de sus sabores, descubrir un universo de historia, tradición y hospitalidad. Cada platillo cuenta una historia, cada ingrediente tiene un propósito, y cada comunidad te abre sus puertas.
Quiché te espera con el fuego del comal encendido, las manos sabias de sus cocineras y el corazón de un pueblo que cocina con el alma.




