En el FC Barcelona no quieren más sorpresas como la que sufrieron el pasado verano con la inesperada salida de Neymar. Y es que el presidente Josep María Bartomeu nunca imaginó que llegara un club y pagara los 222 millones de euros de cláusula por el brasileño.
Sin embargo, llegó el Paris Saint-Germain, aprovechó el despiste del Barça y se llevó al que muchos consideraban el sucesor de Messi.
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Por lo anterior, los directivos blaugranas hicieron una evaluación de todos los contratos de la plantilla y comenzaron a colocar cláusulas de rescisión de 700 millones de euros por Messi y de otras cifras inalcanzables por otros jugadores con el fin de ahuyentar a cualquier club que sueñe con fichajes "fáciles".
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Sergi Roberto y Gerard Piqué, los últimos en renovar contrato, tienen una cláusula de 500 millones de euros cada uno; mientras que Coutinho y Dembelé poseen la cifra es de 400 millones cada uno. Cabe destacar que si un club quiere llevarse a cualquier futbolista (excepto Messi), puede negociar el precio con el Barcelona y este podría ser más razonable y apegado a la realidad del mercado.
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*Con información de Marca
