Una captura, un plan y la caída de "El Gordo Paredes", el presunto narcotraficante que lleva años detenido en EE. UU.
OTRAS NOTICIAS: Esto ha pasado con el exdiputado que cumple condena por narcotráfico en EE. UU.
El 25 de enero de 2003, un sujeto conocido como "El Profe" fue detenido en una transitada calle de Nueva York con 265 kilos de cocaína. El arresto fue sumamente inoportuno para el traficante, pues se encontraba en libertad condicional por posesión de heroína para la venta.
Horas después reveló a la DEA (Agencia Antidrogas de EE. UU.) que el cargamento era de Jorge Mario Paredes Córdova, alias "El Gordo", de El Progreso, Guatemala.
La DEA le dio dos opciones a "El Profe": 1) usar seis teléfonos intervenidos para seguir hablando con sus cómplices en Guatemala, México y Estados Unidos, y reunir evidencias para capturarlos; o 2) regresar a la cárcel y salir anciano o muerto. Aceptó lo primero.

La trampa
"El Profe" (cuya identidad no revela el expediente del caso, 03-CR-987) dijo que se involucró con la red cuando el colombiano Gabriel Botero Tavares, empleado por Paredes, lo presentó como el contacto que podía recibir la cocaína en Nueva York, cobrar millones por venderla, y enviarlos a México en picops encaletados.
Desconocían que "El Profe" estaba en libertad condicional por vender droga. Luego, tampoco sabrían que, como acostumbraba a cambiar de número frecuentemente, eso le sirvió para incorporar los teléfonos pinchados y embaucar a todos.

Las pruebas
Entre enero y abril de 2003, a DEA reunió unas 16 grabaciones de "El Profe" hablando con Paredes, su socio guatemalteco Otoniel Turcios Marroquín, y Botero en Guatemala, respecto a los cargamentos y el dinero.
Mientras tanto, "El Profe" entregaba todo a DEA, e inventaba excusas por los retrasos en los envíos. Cuando Botero envió a su cuñado para pedir explicaciones, "El Profe" le mostró un reporte policial convincente, pero falso.
En los siguientes años, cayeron Botero, su cuñado, Turcios Marroquín y su hermano Isaías, también traficante. El último capturado fue Paredes, en 2008, en Honduras.
Los demás, que se declararon culpables, permanecieron entre 5 y 7 años en la cárcel. Después del juicio en 2009, "El Profe" quedó libre y se esfumó. Paredes, el único que se declaró "no culpable" ni colaboró con la fiscalía, sigue preso en Estados Unidos.





