La familia Santizo demuestra que la pasión y la unión pueden convertir un oficio en un emprendimiento sólido que trasciende generaciones.
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Don Roberto Santizo, quien inició su carrera como camarógrafo en un canal local tras trabajar en varias radios y televisoras del país, decidió emprender su propio proyecto el 26 de abril de 2000, marcando el inicio de una historia que continúa creciendo.
La pasión por el lente se mantuvo en la familia. En 2018, exactamente el mismo día del aniversario del negocio, su hijo Fredy Roberto Santizo Ovalle, entonces de 16 años, se unió al equipo.

"Al principio tuve miedo, cometí errores; incluso una vez perdí el material de una boda. Pero siempre me motivó ver a mi papá trabajar", recuerda Fredy.
Roberto, quien enfrentó la difícil etapa de ser padre soltero, encontró en sus hijos la inspiración para seguir adelante. Hoy no solo Fredy, sino también Daniel y el pequeño Fernando se han sumado al oficio.

"Ahora trabajamos juntos en un canal local y a través de nuestra página, que ya supera los 200 mil seguidores. Me llena de orgullo ver cómo mis hijos crecen en este trabajo y cómo la unión nos impulsa", comenta Roberto con satisfacción.
La historia de la familia Santizo refleja cómo la perseverancia, el amor por un oficio y el espíritu emprendedor pueden transformar los desafíos en un legado que trasciende generaciones.

En detalle
De acuerdo con la firma Startups Legalsa, contar con asesoría legal especializada ayuda a que los proyectos se desarrollen de forma segura, según se detalla en su página web.
La orientación varía según cada caso: hay quienes tienen una idea y necesitan apoyo para ponerla en práctica, quienes ya definieron el giro de su negocio y buscan iniciarlo de forma sólida, y aquellos emprendedores que desean desarrollar un proyecto basado en una marca.




