Entre montañas y caminos de tierra, nace una historia de esfuerzo, herencia y amor al trabajo que se mantiene viva gracias a dos personajes que representan el verdadero significado de identidad y perseverancia
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Se trata de los esposos Mario González y Gumersinda Bautista, residentes del sector Los Orozco, en la aldea San Isidro Chamac, de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, quienes llevan más de 55 años elaborando el tradicional jabón negro, también llamado "jabón de coche", un producto cien por ciento artesanal y natural valorado por sus beneficios medicinales y domésticos.
Para ellos no es solo un oficio, sino una tradición familiar que se remonta a varias generaciones atrás.

Todo comenzó con los abuelos de don Mario, Justa Velázquez y Juan González, quienes iniciaron la práctica. Luego, sus padres, Miguel Velázquez y Serapia Fuentes, continuaron el legado. Fue doña Serapia quien les heredó los conocimientos que hoy mantienen vivos.
El amor de hacer jabón
Cada jornada inicia con la preparación de la lejía, mezcla obtenida de cal y ceniza cernidas y fermentadas en un colador de madera. Luego, en una pequeña caldera, la lejía se mezcla con cebo de res y se cuece lentamente. Una vez lista, la pasta se bolea, se pesa y se alista para su venta en los mercados del occidente.

"Este trabajo nos lo heredaron nuestros abuelos, y lo hemos cuidado con cariño. El jabón es buscado porque es natural, seguimos con lo poco que podemos", expresó don Mario.
Por su parte, doña Gumersinda dijo: "Es un trabajo sencillo, pero honrado. Dios nos ha bendecido con esta labor".

Un orgullo que resiste
A la fecha, ellos son los únicos que conservan esta práctica en su región. En un mundo que avanza con rapidez y olvida lo tradicional, su labor es una muestra de resistencia, identidad y amor por las raíces.




