En todos sus años como encargado del mantenimiento del terreno de juego del estadio de los Medias Blancas de Chicago, Roger Bossard nunca se encontró con semejantes condiciones. La nieve que se apila en el U.S. Cellular Field no es el gran problema. Después de todo, se trata de Chicago. Pero el hielo en el terreno mismo es lo que causa el dolor de cabeza.
Con el fin de tenerlo listo para el primer juego de la temporada regular, Bossard dirige una tarea que se puede describir como estar empleando una gigantesca secadora de pelo bajo una lona para que el aire caliente entre y derrita el hielo.
Cuadrillas de empleados trabajan a destajo cerca de la raya del jardín derecho, despejando con palas el hielo acumulado.
Restan menos de dos semanas para el partido inaugural.
"Se puede decir que me ha tocado la tormenta perfecta", dijo Bossard. "Llevó 45 años en esto y he visto mucha nieve. Eso es lo de menos... el problema serio es la escarcha que se solidificó. Nunca me había tocado una situación con 30 pulgadas (75 centímetros) de escarcha.
La situación es similar en otros estadios de las Grandes Ligas, con los empleados de mantenimiento trabajando contrarreloj para tener sus parques listos, luego de meses de nevadas y temperaturas bajo cero que dejaron los campos en condiciones dignas para la práctica del esquí de fondo que para fildear pelotas de beisbol.
Snow covers the dugout and field at U.S. Cellular Field. (Tribune photo/E. Jason Wambsgans) #whitesox pic.twitter.com/ktvCvEAREU





