Culturalmente, la muerte no es el fin de la vida, sino una razón más para que familiares y seres queridos de la persona fallecida estrechen lazos y le den un mayor significado al legado que queda por delante.
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El 1 de noviembre, conocido como Día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, son fechas marcadas en el calendario de muchas familias en el mundo. Estos días no son una fecha religiosa como otras, pues lo más importante no es la celebración comunitaria, como pasa con las procesiones.
Estos días del calendario son un momento especial para hacer una pausa y rendir homenaje a la memoria de nuestros seres queridos que han fallecido, ya sea de manera muy personal o a nivel familiar.
Las tradiciones de santos y difuntos tienen raíces muy antiguas, que mezclan la fe de la Iglesia católica con costumbres aún más viejas de pueblos ancestrales. El propósito es el mismo en casi todos lados: recordar que la muerte es solo una parte de la vida y que los que se fueron siguen vivos en nuestros corazones.

En México, por ejemplo, el Día de Muertos es una fiesta llena de alegría y color. Las familias arman en casa altares llamados "ofrendas", que están llenos de flores de cempasúchil, la comida y bebida favorita del difunto, y fotos. Todo esto se hace para guiar y recibir el alma que, se cree, vuelve a visitar a la familia por unas horas.
Otra tradición llamativa es el "Famadihana" en Madagascar. Allí, cada cierto número de años, las personas van al cementerio, sacan los restos de sus parientes, los envuelven en telas nuevas y bailan con ellos al ritmo de la música. Es una manera aunque parezca extraña, de honrar y estar cerca de sus ancestros.
En países de Asia como Japón, se celebra el O-bon. Durante este tiempo, la gente va a limpiar las tumbas y encienden faroles flotantes que sueltan en ríos o mares. El farol tiene un significado muy profundo: servir de luz para que los espíritus regresen sin problemas al otro mundo después de su visita.

Tradiciones guatemaltecas
En Guatemala, el 1 de noviembre está lleno de costumbres propias que unen el recuerdo con el sabor. La estrella de este día es el fiambre, un platillo único que solo se prepara para esta fecha. Lleva más de 50 ingredientes y su preparación es un gran motivo para que la familia se reúna y trabaje junta.
Además del fiambre, en lugares como Sumpango y Santiago Sacatepéquez, se celebra el Festival de Barriletes Gigantes. Estas cometas enormes y coloridas, que se elevan al cielo, no son solo un espectáculo: para nuestros pueblos, la tradición dice que su vuelo es una forma de comunicarse con las almas de los difuntos y guiarlas o incluso ahuyentar a los malos espíritus.




