El sonido de una bomba anuncia que el caldo esta preparado, no sin antes pasar por varios filtros de mujeres con experiencia para dar el visto bueno, además de la oración de agradecimiento al patrono por un año más de servicio.
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Es así como las mujeres de la Cofradía de Santo Domingo de Guzmán ven el fruto de las cinco ollas del caldo colorado, el cual empiezan a elaborar poco después de la as 6 de la mañana.
Este es un cocido de res con picante, sazonado con un recado; una delicia para comer en el hogar o en el Oratorio y así celebrar la fiesta patronal.

Historia
Este rico platillo se comenzó a compartir como un agradecimiento a las ofrendas, las cuales se dan desde tiempos de la colonia. Hay familias que desde un día antes llegan a dejar su olla para apartar y otras hacen largas filas para conseguirlo.

"Iniciamos a hacerlo la última semana de julio hasta el 4 de agosto aproximadamente; esta es conocida como la semana del caldo colorado aquí en el Oratorio", relató Olga de Espinosa, quien fungió como primera capitana de dicha Cofradía.
Algunas personas, quienes no residen en este municipio, aprovechan la temporada para visitar la tierra de los campeones y degustar este platillo.

Quienes lo preparan tienen mucha experiencia; hay quienes cuentan con 40 años de hacerlo; además, en algunas familias también suelen prepararlo.
"El caldo siempre se sirve hirviendo y eso es una delicia, porque así lo queremos disfrutar; aquí nos dan una cuchara, pero la tradición es tomarlo desde la escudilla de barro y no puede faltar el picante, comentó Carlos Estumé, vecino de Lo de Coy.

El platillo también está ligado a otras fiestas muy arraigadas del municipio; se prepara para el Corpus Christi, Domingo de Resurrección y en octubre.
El caldo colorado el que más identifica a los mixqueños y el cual se llevan hasta por encomienda a otros países del mundo.
Los ingredientes
El plato lleva repollo, güicoy y güisquil, un hueso con carne y un pedazo de carne de res, tortillas, acompañado de un rico refresco natural. Algunas personas gustan comerlo en el Oratorio y otros prefieren comprarlo para llevar.






