En junio, son muchos los hombres con la dicha de celebrar el día del padre, pero es aún más exclusivo el grupo de los que además celebran el Día Mundial de los Malabares. Uno de ellos es Pancho Toralla, conocido como Panchorizo.
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Durante junio es frecuente ver letreros y anuncios con mensajes alusivos al Día del Padre, el cual se celebra el 17 de dicho mes en Guatemala.
Estos mensajes muchas veces están acompañados de la silueta de un bigote, siendo este el símbolo que identifica a muchos hombres adultos. Pero la realidad es que no todos los bigotes son iguales, así como no todos los padres se parecen, ya que hay algunos que rompen el modelo.
Uno de ellos es Pancho Toralla, quien posee un peculiar bigote respingado, uno que no pasa desapercibido cuando presenta sus actos de malabares y equilibrio ante cientos de niños y adultos.

Panchorizo es un guatemalteco que hace 25 años inició una vida en el arte circense y teatral, convirtiéndose en el malabarista y equilibrista más destacado en la historia de nuestro país.
"Tenía 18 años y, al terminar la escuela, me fui de viaje a Sudamérica. Fue en Colombia donde vi por primera vez a comediantes y malabaristas trabajando en las plazas. ¡Aquello fue amor a primera vista!", dice Panchorizo, quien no perdió el tiempo y, con mucha disciplina, comenzó a forjar su propia leyenda.

Su esfuerzo, simpatía con grandes y chicos, además de sus sorprendentes habilidades haciendo malabares y guardando el equilibrio, hicieron que muchas puertas se abrieran para Panchorizo, tanto en festivales como en salas de teatro y muchas más.
Una de las experiencias más destacadas en su carrera fue cuando acompañó a Ricardo Arjona en su gira Circo Soledad, entre 2017 y 2018. Ahí fue parte del equipo de malabaristas que le dio un toque circense a los conciertos en vivo del cantautor guatemalteco.

Total entrega y amor
Al ser consultado sobre cómo maneja su carrera artística junto a la paternidad, su respuesta es clara: "Ambas son difíciles y ambas exigen de total entrega y amor".
Por un lado, están las horas de entreno para mejorar sus destrezas e idear nuevos espectáculos y puestas en escena, mientras que por el otro está Eva Luna, su pequeña hija, quien hace que todo el esfuerzo valga la pena.
"Mi Carrera ya es más próspera de lo que imaginé. Además, estoy educando a una ciudadana sensible, empática y con dignidad", dice Toralla, orgulloso de su pequeña, quien hace 13 años llegó a su vida.

"Como todos los papis y mamis, deseo lo mejor del mundo para ella", concluye.
Sin duda esta semana será muy especial para Panchorizo, pues celebrará a doble partida, tanto el Día Mundial de los Malabares, que se celebra el tercer sábado de junio, como el Día del Padre, fecha que seguramente le hará recordar lo importante que es saber guardar el equilibrio.