El impacto de las maras en Guatemala se detonó el 15 de agosto de 2005, con el rompimiento del "pacto del sur", un acuerdo de no agresión entre la Mara Salvatrucha (MS) y el Barrio 18.
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Desde entonces la disputa por territorio entre ambas organizaciones criminales ha provocado el incremento de la violencia homicida y las extorsiones en el país. Ejemplo de la pugna entre maras, es la masacre ocurrida este 29 de julio en una funeraria ubicada en la zona 1, en donde era velado un integrante del Barrio 18.
Froilán Cuxum, jefe de la División Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Dipanda), de la Policía Nacional Civil (PNC), explicó que en sus inicios las pandillas en los años 70' se dedicaban al desorden social y cometían delitos menores, como asaltos y robos, pero con el correr del tiempo fueron evolucionando hasta que en el año 2000, tanto la MS como el Barrio 18, se convirtieron en organizaciones criminales, con estructuras jerárquicas que se dedicaban al narco menudeo y a la venta de armas para financiar sus fechorías.
Desde entonces, esa fecha, ha puesto en alerta a las autoridades, ya que antes de esa fecha o días después surgen ataques entre ambas pandillas.

Surgen las extorsiones
"Cuando ocurre el rompimiento del pacto del sur, se incrementan los homicidios vinculados a la disputa entre pandillas y es entonces cuando surgen las extorsiones en Guatemala y empiezan a exigirle dinero a empresas de transporte de pasajeros y a empresas distribuidoras de productos de consuno diario", refiere el jefe de Dipanda.
Mario Mérida, exviceministro de Gobernación, señala que ha habido acciones por parte de la PNC para combatir dichas estructuras criminales, pero el problema es que cada gobierno impulsa un plan diferente y por esa razón no se ha combatido a las pandillas de manera integral.
"Ahora, el problema de la extorsión proveniente de las maras se agrava porque ya se derivó y afecta a personas particulares, que solo cuentan con un salario mínimo para poder pagar.

Esta situación muestra un escenario crítico, ya que podrían generar condiciones de limpieza social, es decir ya la comunidad y los ciudadanos que viven en colonias, condominios y barrios se comienzan a organizar para repeler por la vía de la fuerza o de las armas a estos pandilleros", puntualizó Mérida.
El experto, cita como ejemplo, los rótulos que se encuentran en las entradas de las colonias o comunidades en los que se lee "ladrón visto, ladrón muerto", "aquí no se aceptan ladrones", es decir que esta situación ya se propagó, tal es el caso en San Juan Sacatepéquez, está gobernado por vecinos organizados, que vigilan el municipio", expresó.




