Como parte de la investigación denominada como Caso Eureka B410, Autoridades del Ministerio de Salud denunciaron la construcción "imaginaria" de un Banco de Leche, el cual sí fue pagado con una suma millonaria, pero la obra nunca se hizo.
EN CONTEXTO: Caso B410: Construyen Banco de Leche "imaginario" en el Hospital Roosevelt
Más de 1.1 millones de quetzales fueron pagados por la administración del expresidente Alejandro Giammattei en la edificación de un Banco de Leche en el Hospital Roosevelt, que nunca se construyó.
Autoridades del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) calificaron la obra como "imaginaria". La obra, que se contrató entre 2022 y 2023, estuvo a cargo de Douglas Alexis Espinales Baños, un contratista que figura en Guatecompras como propietario de las sociedades anónimas:
- Affida Express
- Construcción y Transportes Espiba
- Douglas Espinales
- Transportes El Progreso
Aunque la razón social fue constituida desde 2013, fue a partir de 2020, cuando Giammattei asumió el cargo como Presidente, cuando obtuvo la mayor cantidad de contrataciones por parte del Estado, al extremo que, de los más de 162 millones de quetzales (Q162,493,193) que ganó en contrataciones, el 92% (Q150 millones) fueron durante el período del mandatario que llegó a la silla presidencial con el partido político Vamos.

De acuerdo con su patente de comercio, la empresa se especializa en todo tipo de obra civil, supervisión, diseño, planificación, compra y venta de materiales de construcción, compra-venta y renta de maquinaria y servicios de transporte.
Aunque acredita su ubicación en los Residenciales Eureka, en zona 21 de la ciudad de Guatemala, la Patente de Comercio fue extendida en el municipio de Flores, en Petén.

Sus principales contratos los obtuvo en el Ministerio de Salud, pero también ha trabajado para las Municipalidades de La Libertad, de Petén, de Las Cruces, de Santa Ana y de San Luis, en Petén; de La Reforma, La Blanca y de El Quetzal, San Marcos; de El Estor y de Los Amates, Izabal; de Coatepeque y de Huitán, ambas en Quetzaltenango; de San Martín Zapotitlán y Nuevo San Carlos, en Retalhuleu.
Asimismo, ejecutó proyectos en los ministerios de la Defensa, de Desarrollo Social, de Comunicaciones, de Ambiente, y en instituciones autónomas como el Instituto Nacional de Electrificación (INDE).
¿Quién es Espinales Baños?
Nació en San Benito, Petén, en abril de 1989. Su padre es Douglas Alexis Espinales Cordón, otro contratista del Estado que figura en Guatecompras con tres empresas: Constructora DAEC, Rentas Espinales y Transportes Importadora y Exportadora Espinales.
Las sociedades de su padre trabajaron para el Estado de 2006 hasta 2015, tiempo en el que obtuvo siete compras por licitación y seis directas, con las que ganó más de 7 millones de quetzales (Q7,094,051).
La madre de Espinales Baños es Greta Marleny Baños Mendoza, quien figura en Guatecompras como propietaria de la Constructora y Transportes El Progreso, pero no es contratista del Estado.
Está casado con Luisa María Vidal Orellana, a quien también le aparece una empresa registrada como Equimédica, pero tampoco es contratista del Estado.

Banco de Leche "imaginario"
La construcción estuvo a cargo de Espinales Baños, a quien también se le asignaron varios proyectos de supervisión de hospitales en San Benito, Petén; el Nacional Ernestina García, el de Especialidades Quirúrgicas de Villa Nueva, en el Regional de Cobán, así como en redes integradas de Servicios de Salud de Izabal y de Santa Rosa.

"En papeles sí se construyó el Banco de Leche. Documentalmente, siguieron todos los procesos", manifestó Mynor Melgar, oficial de Probidad del MSPAS.
El funcionario explicó que, además de la construcción, se contrataron otras obras y servicios como la instalación de balcones, cielo falso, muros, pintura, piso y demás, todo tuvo un costo total de más de 1.1 millones de quetzales (Q1,138,070).

También identificaron que se pagó una deuda de arrastre en 2024 a Espinales Baños por bienes y servicios adquiridos por el Hospital Roosevelt en 2023, que sumaban más de 235 millones de quetzales (Q235,502,878), incluso quedó como pendiente de pago cerca de 50 millones de quetzales (Q48,503,731).
Más proyectos
El Hospital Roosevelt no fue el único que tuvo una construcción de obras "imaginarias", las autoridades del MSPAS revelaron que a Espinales Baños se le contrató para la supervisión de obras físicas en los hospitales Pedro de Bethancourt, Regional de Cobán, Coatepeque y San Benito Petén.

Además, hubo contratos para este mismo proveedor en otros edificios del sistema de salud ubicados en diferentes puntos del país.
Ante esta situación se presentaron las denuncias penales correspondientes y ampliaciones en el Caso Eureka-B410.
Las alertas
La construcción "imaginaria" del Banco de Sangre surgió como seguimiento a la investigación del Caso Eureka-B410 denunciado por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), entidad que utilizó tecnología para detectar y cruzar los movimientos de Espinales Baños, quien ya enfrenta cargos por evasión fiscal tras eludir más de 6.9 millones de quetzales solo en 2022.
Las alertas de la SAT se encendieron cuando se detectó que tres sociedades mercantiles fueron registradas en la misma vivienda ubicada en Residenciales Eureka, zona 21, pero en la administración tributaria registró varias direcciones fiscales y comerciales, por lo que no lo pudieron localizar.
Es decir, el señalado inscribió tres de las cinco empresas que figuran a su nombre en zona 21 y las otras dos en la zona 5, también de Guatemala.
La SAT explicó que las cinco empresas están relacionadas por socios, direcciones fiscales y representantes legales, todos figuran como proveedores del Estado y facturaron más de 193 millones de quetzales, de los cuales el 69% (Q133 millones) se le adjudicaron a Espinales Baños como persona individual.

Hubo otros "movimientos sospechosos" que llamaron su atención al revisar sus ingresos y gastos, por ejemplo, identificaron que el señalado acreditó varias facturas de gasolina adquiridas en Petén, pero las operaciones que reportó fueron en Coatepéque, Quetzaltenango; Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, y en San Marcos, por lo que la SAT cree que participó también en compra y venta de facturas.
Uno de los puntos más importantes fue cuando, a pesar de su evidente crecimiento comercial, Espinales Baños casi no reportó ni pagó casi ningún impuesto. Es decir, solo de Impuesto Sobre la Renta (ISR) pagó 0.1% de sus ingresos y del Impuesto al Valor Agregado 2.15%.
Además, no evidenció movimientos contables por depreciación de equipo, ni compró ninguno nuevo en los últimos tres años de la revisión fiscal. Y, para agregar más leños al fuego, tampoco reportó la contratación de personal.




