La preocupación por el tráfico ilegal de animales en Petén llevó a un grupo de guatemaltecos a fundar en 1989 la Asociación Civil Rescate y Conservación de Vida Silvestre (ARCAS), un refugio que hoy alberga cerca de 500 ejemplares de 60 especies decomisadas o rescatadas
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Ubicado en una zona boscosa de 45 hectáreas a orillas del lago Petén Itzá, junto al Zoológico Petencito, el centro funciona como espacio de rescate y rehabilitación de fauna silvestre, en coordinación con la División de Protección a la Naturaleza (Diprona), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) y vecinos comprometidos.
Según Alejandro Morales, médico veterinario, la asociación brinda "una segunda oportunidad de volver al bosque" a los animales que pueden ser reintroducidos.

Los ejemplares pasan por un proceso de readaptación antes de su liberación, aunque especies como los jaguares permanecen en el centro por la falta de áreas protegidas y el riesgo de depredación.
El Centro Educativo de la Biodiversidad (Cebio), una extensión de ARCAS, acoge animales con discapacidades o conductas que impiden su reintegración, como amputaciones, lesiones en alas o daños en la columna.

Diversidad
El refugio alberga guacamayas, monos, mapaches, venados, ocelotes, tigrillos, cocodrilos, tortugas, pizotes, loros y cotorras, que reciben atención veterinaria y cuidados especializados durante meses o incluso años.
La asociación también impulsa programas de voluntariado para estudiantes, investigadores y viajeros, además de ofrecer recorridos educativos para concienciar sobre la importancia de proteger la biodiversidad.

Quienes deseen sumarse como voluntarios pueden obtener más información en arcasguatemala.org.




