El rice and beans, con arroz, frijol y coco, es el platillo caribeño que une la tradición garífuna con el sabor en Izabal.
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Surgido entre la población originaria de Jamaica, asentada en el departamento de Izabal durante el auge del banano y el ferrocarril, el rice and beans se ha consolidado como uno de los platillos más representativos del caribe guatemalteco y hondureño.
En Guatemala, su arraigo se dio principalmente en Puerto Barrios y la comunidad garífuna de Lívingston, desde donde se expandió a otros municipios.

En Morales y la cabecera departamental, por ejemplo, es común encontrarlo los fines de semana, cuando familias y vendedores lo ofrecen como una tradición gastronómica.
El plato tiene como base el arroz con frijol colorado, preparado con leche y ralladura de coco, lo que le otorga su característico sabor.

Generalmente, se acompaña de pollo horneado, aunque en los últimos años se han incorporado variaciones con pescado, carne de res o de cerdo.
De acuerdo con cocineros locales, el secreto está en el toque de coco, presente tanto en el arroz como en el recado que acompaña a la carne.

En cuanto a guarniciones, la ensalada rusa ha sido la más tradicional para acompañar al arroz; sin embargo, también se ha popularizado el acompañamiento con puré de papa o ensalada verde.
Como complemento infaltable, se sirven plátanos fritos o plataninas, ese toque tropical que realza el sabor y convierte al rice and beans en un platillo que gusta a propios y extraños.

Esta delicia gastronómica se ha consolidado no solo como un menú tradicional sino como parte de la cultura caribeña nacional.
Muchos cocineros y familias locales coinciden en que este platillo es parte de la identidad local y se ha ido enseñando de generación en generación.
El objetivo es que la receta no se pierda y siga trascendiendo en el tiempo como un platillo tradicional, pero también como parte de la cultura garífuna.




