La danza del "Palo Volador" es un baile tradicional que requiere de mucha destreza y se realiza en varios municipios del país con motivo de la celebración del día de Santiago Apóstol.
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Para muchos no hay un gesto de fe más grande que soltar todo lo que les genera equilibrio y seguridad, para lanzarse al vacío y convertir la caída libre en una danza con propósito.
Justo es esto lo que pasa durante la danza del "Palo Volador", la cual se realiza en varias regiones de Guatemala desde tiempos ancestrales y actualmente está asociada a las celebraciones por el Día de Santiago Apóstol, patrón de muchos municipios y pueblos del país.
Muchos afirman que inicialmente esta danza se realizaba a la mitad del año en búsqueda de lluvia y felicidad, pues coincide con los meses del temporal de lluvia en el país y está arraigada en la cultura de varios pueblos, formando actualmente parte de sus fiestas patronales.
Luego de la llegada de los españoles, esta danza se mantuvo, pero modificó un poco su significado, abarcando desde entonces un homenaje a Santiago Apóstol, también conocido como Santiago El Mayor.
En esta nueva versión de las danzas, la cual inició a partir del siglo XVI, las peticiones de lluvia y fertilidad en las cosechas se mantuvieron, pero se añadieron rituales de homenaje a dicho patrón de la iglesia Católica, el cual celebra su día cada 26 de julio.
Cubulco, en Baja Verapaz; Chichicastenango, en Quiché; Momostenango, en Totonicapán; San Pedro La Laguna, en Sololá; y algunos otros municipios celebran sin falta esta acrobática y ceremonial tradición durante los últimos días de julio, la cual está acompañada de otra clase de actividades que duran varias jornadas.
Tradición acrobática
Los danzantes, independientemente del municipio, suelen llevar trajes coloridos y máscaras como en el baile de los moros. Algunos utilizan máscaras de monos u otros animales.
El lugar donde se pondrá el palo volador suele prepararse desde varios días antes, garantizando todas las medidas de seguridad posibles. Muchas veces utilizan la plaza central o algún terreno baldío que sea céntrico, lugar donde también se coloca la feria.
Previo al ascenso de los danzantes, se realizan rituales y peticiones, pues aunque actualmente la celebración se realiza en conmemoración de Santiago Apóstol, todavía se mantienen los objetivos originales, que consisten en pedir por una buena época de lluvias y fertilidad.
El momento de mayor tensión y espera es cuando los danzantes llegan hasta la parte más alta del Palo Volador y se sueltan en caída libre, lo que simboliza la conexión del mundo terrenal y las personas con el mundo espiritual y la creación.
Este es un acto de fe en el que el danzante se lanza, sabiendo que lejos de caer, quedará suspendido en el aire y poco a poco irá tomando ritmo, logrando girar al ritmo de los instrumentos musicales y los cantos de los asistentes.
En el Cantón Chuisanahí de San Pedro La Laguna, Sololá, son los propios pobladores quienes se encargan de ir a buscar a las áreas boscosas el tronco más apropiado, cortarlo, transportarlo y elevarlo asegurando sus bases. Todo ese proceso también es parte de la tradición.
El Palo Volador es uno de los rituales más vistosos en el país y también se replica en varias naciones más de la región latinoamericana. En Europa existe una variante de esta tradición y es la del Palo de Mayo, que se celebra con la llegada del quinto mes del año.
