Este 1 de noviembre, decenas de enormes barriletes de papel de China tomarán el cielo, convirtiéndolo en un lienzo multicolor que honra una tradición espiritual que va más allá del asombro.
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En los inicios de esta tradición en Sacatepéquez, tanto en Sumpango como en Santiago, la creencia popular y los relatos orales cachiqueles coinciden: los malos espíritus rondaban a los vivos durante la festividad del Día de Todos los Santos.
La solución ancestral fue un sonido: el del viento golpeando las estructuras. Así nacieron los barriletes gigantes, una práctica que mutó de escudo espiritual a un lienzo multicolor.
Ahora, aunque comparten una raíz, cada municipio ha tejido su propia identidad en el cielo.
En Santiago Sacatepéquez, donde se conmemoran 126 años de registros formales (datan de 1899), la tradición de ahuyentar el mal es explícita. José Puac, presidente de la Asociación de Barrileteros (Asbadec), explica que los antiguos líderes comunitarios buscaron la guía de sacerdotes mayas. El consejo fue "elaborar barriletes que al ser golpeados por el viento, produjeran un sonido capaz de ahuyentar a las criaturas del inframundo".

Puac detalla que los primeros barriletes se elaboraban con "hojas de plátano", una técnica rudimentaria que se modernizó hasta adoptar el papel de china como elemento principal.
A la creencia de espantar el mal, se sumó la de atraer el bien. "La tradición tomó un sentido más espiritual, y los barriletes se volvieron un puente entre el cielo y la tierra", señaló Puac. Fueron declarados Patrimonio Cultural Intangible de la Nación en 2022 y, en 2024, obtuvieron el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

En Sumpango
Paralelamente, en Sumpango, el festival celebra su edición 47, consolidado como un evento que atrae a "visitantes de todos los continentes" y considerado por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Marisol Xicón, del grupo Orquídeas Barrileteras, subraya la complejidad del proceso, que va mucho más allá del 1 de noviembre. "La elaboración puede demorar de tres a seis meses, no podemos repetir temáticas ni diseños de años anteriores", relata.
En Sumpango, aunque hay competencia, el fin último es espiritual. Cada diseño "transmite un mensaje, una reflexión, o una dedicatoria a los seres queridos que ya partieron".

Patrimonio cultural
El 4 de diciembre de 2024, la Unesco reconoció la elaboración de los barriletes gigantes de Sumpango y Santiago Sacatepéquez como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Con esta distinción, la organización busca resaltar y proteger una de las tradiciones más representativas y vivas de Guatemala, garantizando su continuidad por generaciones.
El anuncio se llevó a cabo durante la decimonovena sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, llevada a cabo en Asunción, Paraguay.




