El trabajo invisible detrás de las tiendas: empleados y seguridad en una de las temporadas más exigentes del año.
OTRAS NOTICIAS: Siete razones de peso para que Guatemala esté en el mapa de inversiones mundiales
Con la llegada de la temporada de fin de año, el comercio vive su mayor pico de actividad. Pero detrás de vitrinas llenas, ofertas llamativas y centros comerciales abarrotados, existe un esfuerzo silencioso que sostiene la operación: el trabajo del personal de tienda y los sistemas de seguridad que se refuerzan para enfrentar semanas de alta demanda, estrés y riesgos operativos.
Mientras las vitrinas brillan y las filas avanzan, el funcionamiento impecable del comercio depende de un engranaje humano y operativo que se multiplica en diciembre y que, aunque discreto, es esencial para el éxito de la temporada.
Se estima que las fiestas decembrinas incrementan el flujo de clientes en un 30% a 60%, lo que obliga a las tiendas a ampliar horarios, reforzar turnos y contratar personal temporal. Este incremento, aunque positivo para las ventas, implica un reto para los colaboradores, quienes deben atender más consultas, manejar inventario en tiempo récord y mantener un servicio amable en condiciones de alta presión.

Expertos en retail advierten que el desgaste emocional es uno de los principales desafíos de la temporada. La combinación de filas largas, clientes más exigentes y metas comerciales puede generar estrés, por lo que muchas empresas han comenzado a introducir prácticas como pausas activas, rotación de tareas y acompañamiento más cercano de supervisores.
A esto se suma la capacitación express del personal temporal, que requiere procesos ágiles pero efectivos para evitar errores en caja, inventario y atención al cliente.

Del robo hormiga al control de aglomeraciones
La época navideña no solo atrae compradores, sino también riesgos operativos y de seguridad. El aumento de inventario en estantes y bodegas hace más frecuente el robo hormiga, mientras que las tiendas enfrentan también mayores probabilidades de hurtos organizados.
Los comercios están adoptando medidas preventivas como la vigilancia en puntos ciegos, monitoreo activo por cámaras, fortalecimiento de equipos de seguridad y presencia visible de personal en áreas sensibles.

Otro factor clave es el manejo de efectivo. La afluencia masiva incrementa el flujo de dinero, lo que obliga a implementar arcas de seguridad internas, traslados discretos y capacitación para reconocer billetes falsos.
En centros comerciales, las tiendas deben coordinar protocolos con la administración para evitar aglomeraciones en horarios pico, establecer flujos de ingreso y salida, y preparar al personal para posibles emergencias.
Confianza del cliente
La experiencia del comprador ya no se limita a encontrar el producto deseado. La sensación de seguridad dentro y fuera de la tienda influye directamente en la percepción del servicio. Por ello, algunas cadenas están implementando vigilancia adicional en los estacionamientos, acompañamiento para empleados en horarios nocturnos y comunicación constante con clientes sobre medidas activas de seguridad.
Detrás del éxito de las ventas navideñas, existe un esfuerzo que no siempre se ve: reponer mercancía de madrugada, coordinar entregas, preparar exhibiciones, gestionar devoluciones y monitorear inventario sin interrumpir la experiencia del cliente.
Este trabajo conjunto entre colaboradores, personal de seguridad y equipos de gestión permite que la temporada más dinámica del año se desarrolle con fluidez, protegiendo tanto las ventas como la integridad de empleados y consumidores.




