La administración Trump tomó la polémica decisión de despedir a cientos de empleados de la Administración Federal de Aviación (FAA) apenas tres semanas después de un mortal accidente aéreo en Washington D.C.
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Esta medida ha sido calificada como una "decisión apresurada" por el sindicato que representa a los empleados, ya que aumentaría la carga de trabajo de una plantilla ya escasa.
Se estima que alrededor de 300 empleados recibieron notificaciones de despido durante el fin de semana, afectando a mecánicos de mantenimiento, especialistas en información aeronáutica, especialistas en protección del medio ambiente, asistentes de seguridad aérea y asistentes de gestión y programas.
El sindicato sostiene que la FAA ya se enfrenta a una escasez de personal y que los despidos no tienen en cuenta las necesidades reales de la agencia. Además, consideran que la decisión es especialmente inaceptable tras los tres accidentes aéreos mortales del mes pasado.
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