Barrancos son convertidos en parques para el esparcimiento y prevenir la criminalidad
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La topografía de la ciudad cuenta con varios barrancos que se han convertido en parques ecológicos, por medio de un plan de recuperación. Entre estos se encuentran La Asunción, Lomas de Pamplona, Pinares del Norte y Sakerty II.
Mediante un proceso de transformación se ha cambiado la percepción de lugares sucios o peligrosos al ofrecer espacios verdes, oportunidades para la recreación y la conservación ambiental.

En el caso de La Asunción se removieron 90 toneladas de basura, se reutilizaron 42 de ripio y se plantaron más de mil árboles para su recuperación.
Al ser transformados ayudan al desarrollo sostenible y la conservación del ambiente, con miras a un potencial turístico, ya que favorecen la conexión de los vecinos con la naturaleza.

Otro punto importante es la oportunidad de utilizarlos estratégicamente para eliminar la criminalidad con la metodología de Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental (CPTED por sus siglas en inglés) como el caso de Lomas de Pamplona.
Se trata de un espacio de 6.8 hectáreas recuperadas de invasiones y vertederos clandestinos, donde ahora los vecinos conviven con tranquilidad mientras disfrutan de sus actividades en canchas, pérgolas, circuitos para mascotas, jardines polinizadores y mesas de ping-pong.

Pinares del Norte no solamente es un lugar de esparcimiento con un anfiteatro, plazas y miradores, ya que cuenta con captadores de agua pluvial. Esto demuestra cómo aprovechar los recursos naturales y al mismo tiempo convivir con el ambiente.
Sakerty II también tiene un teatro al aire libre y es el más reciente espacio recuperado. Estos dos últimos parques ecológicos son un claro ejemplo de como transformar un lugar catalogado como problemático a un entorno seguro para los vecinos.