Más allá de ser un rasgo físico que les identifica, los bigotes de gato son, ante todo, una herramienta que les permite relacionarse con el mundo de forma más directa y exclusiva. Sus principales funciones son:
1. Mejorar su visión:
Los bigotes ayudan a que el gato vea mejor los objetos a su paso y evita que choque con ellos fácilmente.
2. Señal de alerta:
También le sirven a la hora de marcar una alerta, si un objeto o animal se aproxima demasiado.
3. Para entrar en espacios reducidos:
Si algo les encanta a los felinos es hacer agujeros y esconderse en los rincones más insospechados. En estos casos, los bigotes les ayudan a divisar y moverse en espacios reducidos sin lastimarse.
4. La comunicación:
Esta es una de las funciones más importantes y es que la posición y forma en la que estén tensados los pelos es un buen indicador de su estado de ánimo en un momento determinado.
Con información de Cremascota.





