Ser maestro es un trabajo que demanda mucho más de lo que parece. Pasar horas hablando en ambientes ruidosos, estar de pie o sentado por largos periodos y lidiar con el estrés diario puede afectar tu salud física y emocional sin que te des cuenta.

Sabías que
En el país la salud docente:
- El 4.5% de los maestros sufre síndrome de burnout, con agotamiento y falta de motivación.
- Más del 39% reporta dolor en manos o brazos.
- Cerca del 30% padece molestias en piernas o pies.

Además, la postura prolongada genera dolores en la espalda, cuello y hombros, y puede causar problemas circulatorios en las piernas, como várices, calambres e hinchazón, especialmente en mujeres.
El estrés laboral, la carga excesiva de tareas y la falta de recursos también afectan la salud mental, causando ansiedad, cansancio emocional y pérdida de motivación.

Tips para mantenerte fuerte en el aula:
Protege tu voz: Hidrátate, evita gritar y haz ejercicios de vocalización.
Haz pausas activas: Levántate y estira cada hora para evitar rigidez y dolores.
Cuida tu postura: Usa sillas cómodas y mantén la espalda recta.
Muévete: Camina o realiza ejercicios para mejorar la circulación y evitar várices.
Gestiona el estrés: Practica técnicas de relajación, medita y busca apoyo si lo necesitas.
Descansa bien: Dormir 7-8 horas fortalece cuerpo y mente.

Para cuidar tu salud, es fundamental que hagas pausas activas durante el día, hidrates tu cuerpo, protejas tu voz evitando forzarla, mantengas una postura adecuada y establezcas límites claros entre trabajo y descanso. Dormir bien y realizar actividades que reduzcan el estrés también son clave.
Recuerda que un docente saludable enseña mejor, se conecta más con sus alumnos y disfruta su labor con entusiasmo.